A un profesor de un campamento de verano católico en Italia se le prohibió trabajar con niños después de que el párroco descubriera su homosexualidad en las redes sociales, informaron este miércoles los medios de comunicación locales.
El joven debía dirigir el campamento de Cesena, en la región septentrional de Emilia-Romaña, antes de que una fotografía suya besando a otro varón fuera mostrada al párroco, informó el diario local Corriere Romagna.
Se le informó de que ya no se le permitiría enseñar, pero que podría mantener un papel de supervisor, oferta que el joven rechazó. Como no pudo ser sustituido a tiempo, el campamento no podrá abrir este verano.
“Las normas son claras. No podemos dar a los niños de un campamento de verano la sensación de que tener un monitor homosexual es normal”, declaró al periódico un miembro del personal del sacerdote.
El asunto suscitó la condena del alcalde de Cesena y de un grupo nacional de defensa de los derechos de los homosexuales.
“Pensaba que la Edad Media había terminado y que manifestaciones inaceptables de discriminación como ésta eran ajenas a nuestra ciudad. Obviamente, me equivocaba”, escribió el alcalde Enzo Lattuca en su página de Facebook.
El grupo de defensa de los derechos LGBTQ Arcigay denunció la decisión como “una historia de odio y violencia”, y condenó al sacerdote por sacar del armario al joven.
En un comunicado publicado más tarde el miércoles, la diócesis de Cesena-Sarsina dijo que era “una casa abierta y acogedora para todos.”
“El tema es muy delicado y lo sucedido no tiene que ver con juzgar a las personas ni con discriminar derechos”, señaló, añadiendo que la Iglesia católica se estaba “cuestionando cómo llegar a las personas que se sienten excluidas de la comunidad debido a su afectividad y sexualidad”.
La Iglesia católica considera que los actos homosexuales son “contrarios a la ley natural” y un pecado.
Sin embargo, la doctrina de la Iglesia pide que los homosexuales sean acogidos con “respeto, compasión y sensibilidad”, y no hay normas que prohíban explícitamente que cuiden de niños.
Desde su elección en 2013, el papa Francisco se ha mostrado más benigno con las comunidades LGBTQ que sus predecesores, aunque sin cuestionar los fundamentos de la doctrina católica.
“Toda persona es hija de Dios. La Iglesia no puede cerrar la puerta a nadie”, declaró en un documental emitido a principios de abril.
Sin embargo, el Pontífice argentino no se aparta de la doctrina católica sobre el matrimonio, definido como la unión entre un hombre y una mujer con fines de procreación.