Hasta hace unos días, la población japonesa y coreana peleaba con el gobierno asiático además del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) por liberar al mar el agua tratada resultado del combate a la planta nuclear de la central de Fukushima Daiichi.
El movimiento no fue bien recibido por el resto de la comunidad internacional y ahora sucede algo similar con el agua de la llave de una parte considerable en Estados Unidos. De acuerdo con un reciente estudio gubernamental, ésta se encuentra contaminada con “químicos permanentes” que son severamente dañinos e incluso letales para la salud humana.
Las sustancias químicas fueron identificadas como “productos químicos permanentes”, de acuerdo con el nuevo estudio del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés). Lo más preocupante de esta situación es el número de personas que beben agua contaminada, pues se estima que podría ser aún mayor de lo que esta investigación contabilizó.
En este contexto, los especialistas refirieron que pese a ser el estudio más completo presentado hasta el momento, no pudieron analizar todas estas sustancias, las cuales son: perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, o PFAS, productos considerados peligrosos para la salud humana.
El estudio indica que las PFAS son sustancias químicas sintéticas omnipresentes, es decir, que permanecen tanto en el medio ambiente y como en el cuerpo humano. Lamentablemente, una larga exposición a este contaminante se relaciona con problemas para la salud de las personas tales como: cáncer, obesidad, enfermedades tiroideas, colesterol alto, disminución de la fertilidad, daños hepáticos además de supresión hormonal.
La USGS representó en un mapa el número de los contaminantes PFAS detectados en muestras de agua de la llave que se distribuyen en todo el país. Los resultados se basan en muestras tomadas entre 2016 y 2021 de suministros públicos y privados en 716 lugares.
Según los Institutos Nacionales de Salud, hay más de 12 mil tipos de PFAS en total, pero solo 32 de los compuestos pueden ser detectados por las pruebas de laboratorio que fueron recientemente desarrolladas. Aunado a esto, los autores de la investigación publicada en la revista Environmental International, confesaron públicamente que hasta el día de hoy se disponía de poca muy información sobre la cantidad exacta de estos contaminantes.
El estudio también confirmó que mucha de esta agua contaminada procedía de fuentes cercanas a zonas urbanas y fábricas que utilizan las sustancias químicas en sus productos o lugares donde se recogen residuos, así como en las Grandes Llanuras, los Grandes Lagos, la costa este y el centro y sur de California.
Los especialistas sugieren consultar el sitio web de la empresa de suministro local para obtener el informe más reciente sobre el agua.
Las empresas revelarán qué contiene el agua y qué están haciendo para reducir los contaminantes.
Un filtro de carbono, pero con un cambio periódico para no almacenar el contaminante.
El filtro puede saturarse de sustancias químicas y no funcionar tan bien por lo que los hogares también pueden utilizar sistemas de filtrado por ósmosis inversa.