Estados Unidos reabrirá una oficina en La Habana que hará entrevistas y se encargará de los trámites para la reunificación familiar y las solicitudes de parientes de refugiados, anunció este jueves el Departamento de Seguridad Interior (DHS). La oficina lleva cinco años cerrada, tras una reasignación de recursos y la orden de abandonar la capital de Cuba a los funcionarios no esenciales por el presunto “Síndrome de La Habana”.
La oficina de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) “proporcionará otros servicios limitados” como “la recopilación de datos biométricos para las solicitudes de visa U” para las víctimas de ciertos crímenes, informa en un comunicado. Más de 15.000 cubanos han sido interceptados en la frontera entre México y Estados Unidos desde enero de este año hasta finales de junio, según datos de la patrulla fronteriza.
Los objetivos de esta reapertura, según explicó el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, son ayudar a “reducir el número de cruces irregulares” en la frontera, dejar sin recursos a los traficantes de personas y “simplificar el acceso a vías legales, seguras y ordenadas a quienes buscan alivio humanitario” en Estados Unidos.
La oficina también proveerá otros servicios, como la tramitación de casos de refugiados.
En los últimos meses Washington impulsó una serie de “vías legales” para frenar la llegada masiva de migrantes a su frontera con México.
La reunificación familiar es una de estas vías, junto con la aceptación de solicitudes de asilo de un cupo de cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos o la puesta en marcha de una aplicación de teléfono móvil (CBP One) para que los migrantes pidan cita para entrar en el país.
El número de cubanos que cruzan la frontera sur ha aumentado considerablemente en los últimos años. En paralelo, la Unión Americana reanudó a mediados del año pasado el programa de reunificación familiar para cubanos, que permite a familiares de cubanos que tengan ciudadanía o residencia estadounidense entrar al territorio y la creación de un permiso humanitario especial, que concede a los cubanos permiso para trabajar legalmente en Estados Unidos por dos años.