El presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, declaró que su país “está al límite de sus capacidades” en lo que respecta a la acogida de refugiados.
En una entrevista con el diario italiano Corriere della Sera publicada este miércoles, Steinmeier afirmó que Alemania se encuentra en “una situación de emergencia debido a la fuerte inmigración desde las fronteras orientales, Siria, Afganistán y otros países”. Además, más de un millón de refugiados ucranianos se encuentran en el país germano, indicó.
“Es por eso que Alemania, así como Italia, está al límite de sus capacidades”, agregó.
A su vez, añadió que más de un millón de refugiados procedentes de Ucrania ya viven en Alemania. “Por eso Alemania, como Italia, está al límite de sus capacidades”, declaró.
“Por eso tengo muy en cuenta los fuertes gritos de ayuda procedentes de Italia, pero también los de las ciudades alemanas”, explicó Steinmeier.
Alemania anunció a mediados de la semana pasada que dejaba de aceptar a solicitantes de asilo procedentes de Italia a través del mecanismo de acogida voluntaria, al alegar que el país mediterráneo se niega a readmitir a personas bajo los términos del Convenido de Dublín.
“Todos debemos esforzarnos para que las cargas sigan siendo soportables y el número de llegadas vuelva a disminuir”, dijo el presidente alemán, quien abogó por un reparto equitativo de en la Unión Europa y un control y vigilancia más estrictos de las fronteras exteriores europeas.
Según el Convenio de Dublín, los solicitantes de asilo deben llevar a cabo el procedimiento de acogida en el primer país de la Unión Europea en el que quedaron registrados por primera vez, salvo contadas excepciones.
De esta manera, aquellos que intenten presentar su solicitud en otro país pueden ser devueltos al país en el que se registraron por primera vez.
En mayo, el Gobierno Federal de Alemania y los 16 estados que componen el país adoptaron una serie de medidas más estrictas para los solicitantes de asilo.
En aquel entonces, el canciller alemán, Olaf Scholz, anunció un plan por el que Berlín introducirá controles más estrictos en las fronteras, tras la presión de meses de los líderes regionales por obtener más ayuda y dinero para hacer frente a los recién llegados. “La principal tarea a la que nos enfrentamos es controlar la migración irregular y, por supuesto, también limitarla”, declaró.