Las fuertes lluvias y las inundaciones repentinas han matado al menos a 30 personas y desplazado a decenas de miles en Kenia y Somalia, informaron el lunes agencias de ayuda.
En Somalia, el gobierno federal declaró una emergencia nacional después de que el clima extremo matara al menos a 14 personas y destruyera viviendas, carreteras y puentes. Los trabajadores de emergencia y rescate intentaban llegar a unos 2.400 residentes atrapados por las inundaciones en el distrito de Luuq, en el estado de Jubaland, en el sur de Somalia.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios advirtió sobre un alto riesgo de inundaciones a lo largo de los ríos Juba y Shabelle y pidió la evacuación de las personas que viven a lo largo de todo el tramo del Juba.
Las fuertes lluvias en Somalia se producen tras cuatro años consecutivos de sequía que llevaron al país al borde de la hambruna.
En la vecina Kenia, la Cruz Roja de Kenia dijo que el número de muertos había aumentado a 15 desde que comenzaron las fuertes lluvias el viernes, siendo la ciudad portuaria de Mombasa y los condados nororientales de Mandera y Wajir los más afectados.
Hasta el domingo, las inundaciones repentinas habían destruido 241 acres de tierras agrícolas y matado a 1.067 animales de ganado, informó la Cruz Roja de Kenia.
Los meteorólogos en Kenia comenzaron a advertir en septiembre que el país enfrentaría lluvias más intensas de lo habitual durante la corta temporada de lluvias entre octubre y diciembre.
El presidente William Ruto contradijo el pronóstico y dijo a los kenianos que los expertos habían revisado sus consejos y que “no habría inundaciones devastadoras por El Niño”.
También se han informado fuertes lluvias e inundaciones en la región somalí de Etiopía, donde miles de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares después de que las inundaciones destruyeran casas y tierras de cultivo.