Entre reclamos vecinales de habitantes de la zona del Bosque de Chapultepec, la Línea 3 del Cablebús sigue en marcha, dado que es uno de los últimos proyectos de movilidad que realizará la actual administración de la Ciudad de México.
Dicha obra se realiza entre cuestionamientos por el riesgo que representa ante la presencia de minas en la zona y afectaciones al Bosque de Chapultepec.
Las autoridades federales buscan con este proyecto denominado “Chapultepec, Naturaleza y Cultura”, conectar la estación del Metro Constituyentes —Línea 7 en la demarcación Miguel Hidalgo— con el Pueblo de Santa Fe, localizada entre las alcaldías Álvaro Obregón y Cuajimalpa.
Con base en la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse), esta nueva ruta tiene una inversión estimada de 2 mil 263 millones de pesos, cuyo monto son recursos del gobierno federal. Los trabajos empezaron en noviembre del año pasado con la promesa de transportar a 36 mil pasajeros al día.
Una de las justificaciones usadas por las autoridades, es que además de ser una atracción turística para lo que será la Cuarta Sección del Bosque de Chapultepec, este Cablebús conectará al poniente de la capital del país con el parque urbano más grande de América.
Por ahora, este proyecto lleva casi 80% de avance y se prevé que quedé terminado en diciembre próximo, según adelantó el 20 de octubre pasado en su comparecencia en el Congreso local, Andrés Lajous Loaeza, titular de la Secretaría de Movilidad de la CDMX (Semovi).
Según el funcionario, será en la primera mitad de 2024 que comience el servicio de las cabinas, ello con el objetivo de “dejar la infraestructura preparada para la extensión del Pueblo de Santa Fe hacia las barrancas de Álvaro Obregón”.
El Gobierno de la Ciudad de México construye la Línea 3 del Cablebús sin atender los trámites que le exige la ley y sin informar cómo está edificando varios soportes, que son poco convencionales en una zona donde abundan minas en el subsuelo.
La nota firmada por Isabella González refiere que en abril de este año, la Sobse empezó con las labores de este teleférico, aunque su ejecución arrancó sin realizar el procedimiento de opinión positiva ante la alcaldía Miguel Hidalgo, cuyo dictamen es indispensable para que el Comité del Patrimonio Inmobiliario de la Ciudad de México determine que la obra es propiedad de la capital.
Otra anomalía expuesta por dicho medio digital, es que el gobierno capitalino tampoco le avisó a la alcaldía Miguel Hidalgo de las 11 torres de soporte que hay en la demarcación y además, no le notificó que colocaría siete columnas en los límites del Panteón de Dolores, administrado por la propia demarcación.
Como parte de su ejecución, la Sobse partió el dado de cimentación de las torres a la mitad, lo cual no es común ni atiende a cálculos estructurales ordinarios.
Fue el propio Lajous Loaeza quien en su comparecencia en el legislativo citadino aseveró que al menos 257 árboles han sido afectados hasta ese momento, toda vez que 213 se trasplantaron y 44 retirados.
Por todo esto, colonos han llevado a cabo varias protestas en las que subrayan que la Línea 3 del Cablebús es “un proyecto turístico, más que de movilidad”, al apuntar que la obra se levanta sobre un Área de Valor Ambiental, por lo que la flora del lugar está siendo exterminada.