Los jueces en el Reino Unido podrán usar sistemas de inteligencia artificial generativa (IA) como ChatGPT, de OpenAI, para tareas laborales básicas, según se desprende de una nueva guía preparada especialmente para funcionarios judiciales y publicada este martes.
Mediante la publicación de una guía de uso y de una nota de prensa publicada en su página web oficial. Este organismo es el responsable de supervisar la actividad de jueces y magistrados de los tribunales de Inglaterra y Gales.
Sin embargo, se precisa que los magistrados no deberán utilizar chatbots para realizar investigaciones o análisis jurídicos, ya que, de acuerdo con el documento, la información proporcionada por las herramientas de IA “puede ser inexacta, incompleta, engañosa o sesgada”.
Según puede leerse en el comunicado, “la utilización de la inteligencia artificial (IA) en toda la sociedad está en aumento, al igual que sucede en los tribunales […] Esta guía es el primer paso dentro de un conjunto de acciones destinadas a apoyar al poder judicial en sus interacciones con la IA”. Eso sí, señala también que “los jueces deben verificar la precisión de las respuestas de la IA antes de tomar decisiones que alteren el curso de la vida de las personas”.
El documento también hace énfasis en los posibles problemas de privacidad que se asocian a las plataformas de IA como ChatGPT. En este sentido, hace referencia a que las empresas que hay detrás de estos chatbots pueden recopilar información a partir de los resultados de las interacciones de los usuarios. Llega a indicar que escribir algo en la interfaz de este tipo de programas informáticos es equivalente a “publicarlo para que todo el mundo lo vea”.
Decisión controvertida
La decisión de la Oficina Judicial del Reino Unido está siendo bastante polémica. Conviene decir que, dentro de la judicatura británica, el uso de la IA y otros sistemas similares está bastante extendido.
Existen casos en los que el uso de la IA ha resultado contraproducente en el ámbito legal. Por ejemplo, a comienzos de 2023, dos abogados neoyorquinos fueron multados con 5.000 dólares por presentar documentos legales que habían sido escritos por ChatGPT. En aquella ocasión, se dieron cuenta por presentar varias citas inventadas.