Los ataques aéreos militares en el oeste de Myanmar mataron al menos a 25 miembros de la minoría musulmana rohingya del país, incluidos niños, informaron los medios locales, lo que llevó al jefe de la ONU a expresar su preocupación por la escalada de violencia.
Los ataques aéreos tuvieron lugar a primera hora de la mañana del lunes y tuvieron como objetivo la aldea de Thada, al norte del municipio de Minbya, en el estado de Rakhine. Los ataques también dejaron otras 25 personas heridas. El gobierno militar no hizo comentarios inmediatos sobre los informes.
El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su profunda preocupación por el deterioro de la situación y la escalada del conflicto en Myanmar, según un portavoz.
El jefe de la ONU condena todas las formas de violencia y reitera su llamado a la protección de los civiles, incluidos los trabajadores humanitarios, de conformidad con el derecho internacional humanitario, al cese de las hostilidades y al acceso humanitario, dijo el portavoz adjunto de Guterres, Farhan Haq.
El ejército de Myanmar utiliza cada vez más ataques aéreos para contrarrestar la lucha armada generalizada contra su gobierno desde que tomó el poder del gobierno electo de Aung San Suu Kyi en febrero de 2021.
Un informe publicado a finales del año pasado por Nyan Lynn Thit Analytica, una organización de investigación y defensa de Myanmar, decía que desde la toma del poder por parte del ejército en 2021, 936 civiles habían muerto y 878 habían resultado heridos en 1.652 ataques aéreos. Dijo que 137 edificios religiosos, 76 escuelas y 28 hospitales y dispensarios habían resultado dañados por los ataques aéreos.
La aldea rohingya de Thada está a unos 340 kilómetros al suroeste de Mandalay, la segunda ciudad más grande del país. Sin embargo, casi el 90% de la población de Myanmar es budista, especialmente la mayoría birmana, que constituye la clase dominante de la nación del sudeste asiático.
Los miembros de la minoría rohingya llevan mucho tiempo siendo perseguidos en Myanmar, de mayoría budista. Alrededor de 740.000 personas huyeron de Myanmar a campos de refugiados en Bangladesh cuando el ejército lanzó en agosto de 2017 una brutal campaña de contrainsurgencia en respuesta a los ataques en Rakhine por parte de un grupo guerrillero que afirmaba representar a los rohingya.