Cuba reprimió a los homosexuales después de su revolución de 1959 encabezada por Fidel Castro y envió a muchos a campos de trabajo. Pero en los últimos años, la isla comunista prohibió la discriminación contra los homosexuales, y una ley de familia respaldada por el gobierno de 2022, aprobada por voto popular, permitió a las parejas del mismo sexo el derecho a casarse y adoptar.
Los miembros de la comunidad LGBTQ+ de Cuba dicen que marcó un hito que les ha permitido abrazar su identidad de género y practicar su culto con mayor libertad en un país que durante décadas después de la revolución fue oficialmente ateo. Durante el último cuarto de siglo, se ha vuelto gradualmente más tolerante con las religiones.
La reverenda Blaise Saralegui dio la bienvenida a todos a su iglesia inclusiva LGBTQ+ en la ciudad portuaria cubana de Matanzas, siempre orgullosa de llevar una estola clerical con los colores del arco iris y una bandera arcoíris en su alzacuello clerical.“Estamos todos invitados. Y nadie puede excluirnos”, dijo Saralegui a parejas del mismo sexo que se tomaban de la mano sentados en bancos de madera en la Iglesia de la Comunidad Metropolitana donde ella se había casado recientemente con su esposa.
Estas palabras y este tipo de reunión habrían sido inimaginables antes en el país más grande del Caribe conservador y mayoritariamente cristiano, donde la hostilidad contra los homosexuales todavía está muy extendida.
La Iglesia Católica, en su doctrina, todavía rechaza el matrimonio entre personas del mismo sexo y condena cualquier relación sexual entre parejas homosexuales o lesbianas como intrínsecamente desordenada. Sin embargo, el Papa Francisco ha hecho mucho más que cualquier Papa anterior para hacer de la iglesia un lugar más acogedor para las personas LGBTQ+.
En diciembre, el Papa aprobó formalmente permitir que sacerdotes católicos bendijeran a parejas del mismo sexo, un cambio de política que apuntaba a hacer que la iglesia fuera más inclusiva mientras mantenía su estricta prohibición del matrimonio homosexual.
La ley de familia en Cuba enfrentó la oposición de la iglesia católica del país, así como el creciente número de iglesias evangélicas que se han multiplicado en toda la isla.
En ese momento, el presidente Miguel Díaz-Canel dijo a los cubanos en un mensaje en video que estaba complacido por el amplio apoyo que recibió la medida a pesar de los difíciles desafíos económicos. Lo celebró tuiteando: “El amor es ahora la ley”.
Durante años, el movimiento por los derechos LGBTQ+ ha sido liderado con orgullo por la defensora más conocida de los derechos de los homosexuales en Cuba: Mariela Castro, hija del expresidente Raúl Castro y sobrina de su hermano Fidel.
En 2010, su tío, el entonces líder retirado Fidel Castro, admitió que se había equivocado al discriminar a los homosexuales. Cuando se le preguntó sobre esto, dijo que ayudó a marcar un punto de inflexión en la actitud del público.
La nueva ley va más allá del matrimonio igualitario –que los activistas intentaron incluir en la Constitución en 2019 sin éxito– o la posibilidad de que las parejas homosexuales adopten o utilicen vientres de alquiler. También amplió los derechos de los niños, los ancianos y las mujeres.