Corea del Norte está instalando cámaras de vigilancia en escuelas y lugares de trabajo y recopilando huellas dactilares, fotografías y otra información biométrica de sus ciudadanos en un esfuerzo impulsado por la tecnología para monitorear aún más de cerca a su población, según indicó un informe el martes.
El creciente uso por parte del Estado de herramientas de vigilancia digital, que combinan equipos importados de China con software desarrollado localmente, amenaza con borrar muchos de los pequeños espacios que los norcoreanos han dejado para participar en actividades comerciales privadas, acceder a medios extranjeros y criticar en secreto a su gobierno, según los investigadores.
Pero las ambiciones digitales del aislado país tienen que lidiar con un suministro eléctrico deficiente y una baja conectividad de red. Esos desafíos, y una historia de dependencia de métodos humanos para espiar a sus ciudadanos, significan que la vigilancia digital aún no es tan generalizada como en China.
El líder norcoreano Kim Jong-un está intensificando sus esfuerzos para reforzar el control estatal sobre sus ciudadanos y promover la lealtad a su régimen.
Estos esfuerzos se vieron impulsados por la pandemia de COVID-19, durante la cual el Norte impuso estrictos controles fronterizos que se mantuvieron durante tres años antes de una cautelosa reapertura en 2023.
Nuevas leyes e informes recientes sobre castigos más severos sugieren que el gobierno está tomando medidas enérgicas contra la influencia extranjera y los medios importados, probablemente ayudado por vallas y sistemas de monitoreo electrónico instalados en la frontera con China durante la pandemia.
Se ha examinado las tecnologías de vigilancia de Corea del Norte a través de información obtenida de la cobertura de los medios nacionales e internacionales y de investigaciones anunciadas públicamente en universidades y organizaciones estatales de Corea del Norte.
Los expertos han advertido que China está exportando la tecnología que impulsa su vigilancia basada en inteligencia artificial a países de todo el mundo.
Los informes de los medios estatales de Corea del Norte muestran que ahora aparecen cámaras en la mayoría de las escuelas de la capital, Pyongyang, y otras ciudades importantes, lo que permite al personal escolar monitorear de forma remota lo que sucede en las aulas mediante panorámicas y acercamientos para enfocar a estudiantes o maestros individuales.
Las cámaras también están muy extendidas en fábricas, edificios gubernamentales y otros lugares de trabajo, tanto para mejorar la seguridad como para evitar robos, mientras que desde 2019 se utilizan sistemas de reconocimiento facial para registrar a los visitantes en el aeropuerto Sunan de Pyongyang.
Corea del Norte también ha estado ampliando su red de cámaras de tráfico más allá de Pyongyang desde 2021, instalándolas en las principales carreteras que entran y salen de la ciudad, probablemente con el fin de registrar automáticamente las matrículas, según el informe.
El Estado también está elaborando perfiles biométricos detallados de sus ciudadanos. La última versión de las tarjetas de identificación nacionales de Corea del Norte viene en formato de tarjeta inteligente y requiere que los ciudadanos proporcionen huellas dactilares, fotografías faciales y, al menos según un informe, realizarse un análisis de sangre.