Aproximadamente la mitad de la población de Zimbabwe necesita urgentemente alimentos y agua después de la peor sequía que ha sufrido el país en cuatro décadas, dijo la agencia humanitaria de la ONU al lanzar un llamamiento para recaudar 430 millones de dólares para ayudar a los más necesitados.
Alrededor de 7,6 millones de los 15 millones de habitantes del país necesitan asistencia humanitaria para salvar y sustentar vidas, dijo la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas. Pero la agencia está pidiendo a los donantes dinero para ayudar a los 3,1 millones de personas en los distritos más gravemente afectados durante el próximo año, dijo Edward Matthew Kallon, coordinador humanitario residente de la ONU.
Una sequía inducida por el fenómeno climático de El Niño está arrasando gran parte del sur de África y ha dejado tanto a personas como a animales con una necesidad desesperada de alimentos y agua. Zimbabwe, una nación dependiente de la agricultura y antiguamente exportadora de alimentos, se encuentra entre las más afectadas por la sequía.
Las cosechas de maíz básico para la temporada 2023-24 se estiman en alrededor de 700.000 toneladas, un 70% menos que la temporada pasada. Zimbabwe necesita 2,2 millones de toneladas al año para satisfacer la demanda de seres humanos y ganado, según cifras de evaluación de cultivos del gobierno.
El llamamiento de la ONU dice que la ayuda abarcará desde asistencia alimentaria hasta transferencias de efectivo y la construcción de pozos con energía solar que proporcionarían agua potable a las personas y al ganado hambriento, como el ganado vacuno, que es una fuente clave de alimentos y mano de obra.
Más del 60% de la población de Zimbabwe vive en zonas rurales, cultiva los alimentos que consume y, a veces, los pequeños excedentes que vende cubren gastos como las matrículas escolares. Con una participación relativamente pequeña en la economía monetaria, muchos de ellos no podrán comprar alimentos incluso cuando estén disponibles en los mercados.
Los niños menores de cinco años y las mujeres embarazadas y lactantes son más vulnerables, mientras que el riesgo de violencia de género, explotación y abuso sexual está aumentando como resultado de la sequía, según el documento del llamamiento.
En el patriarcal Zimbabwe, los niños, especialmente las niñas, a menudo tienen que caminar largas distancias en busca de agua, poniendo en riesgo su seguridad. Cerca de 2 millones de niños, tanto niños como niñas, podrían verse obligados a abandonar la escuela debido al impacto de la sequía, dijo la agencia de la ONU.
La sequía también podría exacerbar un brote de cólera al llevar a una higiene insegura, como la falta de lavado de manos y de agua potable de pozos contaminados.