Un controvertido proyecto de ley sobre medios de comunicación aprobado esta semana por el parlamento de Georgia es inaceptable y será vetado, dijo la presidenta Salomé Zourabichvili, reafirmando su oposición a una medida que sus críticos describen como una amenaza a la libertad de expresión.
En una entrevista Zourabichvili criticó duramente al partido gobernante Sueño Georgiano por impulsar el proyecto de ley que también se considera un retroceso en las aspiraciones de Georgia de unirse a la Unión Europea.
El proyecto de ley, aprobado el martes, exige que los medios de comunicación, las organizaciones no gubernamentales y otros grupos sin fines de lucro se registren como que persiguen los intereses de una potencia extranjera si reciben más del 20% de su financiación del extranjero.
El gobierno dice que el proyecto de ley es necesario para frenar lo que considera actores extranjeros dañinos que intentan desestabilizar a la nación del sur del Cáucaso de 3,7 millones de habitantes.
“Es inaceptable porque refleja un giro de las actitudes georgianas hacia la sociedad civil, hacia los medios de comunicación y hacia las recomendaciones de la Comisión Europea que no son consistentes con nuestra política declarada de avanzar hacia una integración europea”, dijo Zourabichvili.
Reafirmó su intención de vetarlo porque va directamente en contra del espíritu o la letra de las recomendaciones de la UE.
Zourabichvili está cada vez más en desacuerdo con el partido Sueño Georgiano, que tiene una mayoría suficiente para anular su veto. Tiene hasta el 28 de mayo para actuar.
Enfatizó que es su deber constitucional hacer todo lo que esté a mi alcance para apoyar la integración europea y consolidarla.
Grandes multitudes de manifestantes bloquearon calles en la capital, Tiflis, y se arremolinaron enojados frente al edificio del parlamento después de que los legisladores aprobaron la medida por 84 votos a favor y 30 en contra, a pesar de las fuertes críticas de Estados Unidos y la UE.
La oposición ha denunciado el proyecto de ley como “la ley rusa” porque Moscú utiliza una legislación similar para reprimir a los medios de comunicación independientes, las organizaciones sin fines de lucro y los activistas críticos del Kremlin.
Zourabichvili dijo que es difícil decir si el proyecto de ley fue iniciativa del partido gobernante o si Moscú había desempeñado algún papel en su aprobación, pero enfatizó que el Kremlin está descontento con las aspiraciones prooccidentales de Georgia.