El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo durante una visita a Nueva Caledonia, afectada por disturbios, que no forzará la reforma electoral que provocó los disturbios mortales en el territorio francés del Pacífico, diciendo que quiere que los líderes locales propongan un acuerdo alternativo para el futuro del archipiélago.
Hablando después de un día de reuniones con líderes de ambos lados de la amarga división de Nueva Caledonia entre los indígenas canacos que quieren la independencia y los líderes pro París que no, Macron expuso una hoja de ruta que, según dijo, podría conducir a otro referéndum para el territorio.
Tres referendos anteriores entre 2018 y 2021 produjeron votos en contra de la independencia. Dijo que otro podría ser un nuevo acuerdo político para el archipiélago que espera que los líderes locales acuerden en las próximas semanas y meses después de que se desmantelen las barricadas de los manifestantes, lo que permitirá levantar el estado de emergencia y restablecer la paz.
Los disturbios comenzaron a principios de la semana pasada en respuesta a una legislación en el parlamento francés que los canacos temen que diluya su influencia al permitir que algunos recién llegados al archipiélago voten en las elecciones locales.
Ambas cámaras del parlamento francés en París ya aprobaron la reforma. El siguiente paso habría sido un Congreso especial de ambas cámaras reunido en Versalles para implementarlo mediante la enmienda de la Constitución de Francia.
Se esperaba que esto llegara a finales de junio. Pero los comentarios de Macron en la capital de Nueva Caledonia, Nouméa, sugirieron que ahora está dispuesto a cambiar de rumbo y ganar más tiempo para un acuerdo alternativo, quizás más aceptable para los líderes independentistas que temen que el cambio electoral margine a los votantes canacos.
Su viaje de ida y vuelta de aproximadamente 32.000 kilómetros desde París para pasar el día en Nueva Caledonia hizo que el peso de su cargo influyera en la crisis, que ha dejado seis muertos y un rastro de destrucción.
Macron pidió un minuto de silencio por las seis personas muertas en los tiroteos, entre ellas dos gendarmes. Luego instó a los líderes locales a utilizar su influencia para ayudar a restablecer el orden.