Al menos fueron ocho personas murieron y más de 2,800 resultaron heridas, unas 200 de ellas de gravedad, por la explosión en cadena de beepers que estaban en manos de miembros del grupo chií libanés Hizbulá en varios puntos del Líbano, informó el Ministerio de Salud Pública.
El titular del departamento gubernamental, Firas Abiad, anunció en rueda de prensa que entre los fallecidos hay un menor de 8 años y precisó que el número de heridos asciende ya a más de 2.800, la mayoría de los cuales sufrieron daños en la cara, las manos o el abdomen.
Hospitales de todo el país recibieron grandes cantidades de víctimas alrededor de las 15.30 hora local, todas ellas a raíz de la detonación de una serie de aparatos y entre ellas más de 200 personas que se encuentran en estado crítico, indicó el ministro en su breve comparecencia.
Hizbulá confirmó en un comunicado que sobre dicha hora explotaron una serie de aparatos de mensajería conocidos como beepers, que están en posesión de varios trabajadores en diferentes unidades e instituciones de la formación.
Hizbulá lleva más de once meses enzarzado en un intenso fuego cruzado con el Estado judío, en los peores enfrentamientos entre las partes desde la guerra que libraron en 2006.
El Ministerio de Asuntos Exteriores libanés describió las explosiones como una peligrosa y deliberada escalada israelí que, según dijo, había ido acompañada de amenazas de extender la guerra hacia Líbano a gran escala.
Entre los heridos había muchos combatientes de Hezbolá que son hijos de altos cargos del grupo armado, dijeron a Reuters dos fuentes de seguridad.
El embajador de Irán en Líbano, Mojtaba Amani, sufrió una herida superficial y se encuentra actualmente en observación en un hospital, informó la agencia de noticias semioficial iraní Fars.
Se ha mencionado que la agencia de espionaje israelí Mossad colocó una pequeña cantidad de explosivos en el interior de 5 mil localizadores de fabricación taiwanesa encargados por el grupo libanés Hezbolá meses antes de las detonaciones del martes.