La mayoría de los autobuses dejaron de funcionar en la capital de Macedonia del Norte porque el operador endeudado no pudo conseguir combustible, lo que dejó varados a miles de pasajeros y perturbó los servicios y negocios.
Los autobuses comenzaron a dejar de funcionar el miércoles por la noche y solo unas pocas rutas estaban operando a primera hora del jueves en Skopje, donde viven más de un tercio de los 1,8 millones de habitantes del país. Miles de estudiantes y trabajadores se quedaron varados, mientras que los hospitales informaron de dificultades para alojar a los pacientes.
La incapacidad del operador de transporte de la ciudad, muy endeudado, para conseguir combustible tiene sus raíces en un conflicto entre la ciudad y los gobiernos nacionales, ambos dominados por el partido conservador del país.
Las autoridades de la ciudad acusan al departamento nacional de adquisiciones públicas de no proporcionar entregas regulares de combustible, mientras que el gobierno nacional ha citado irregularidades con el proceso de licitación en el operador, o JSP.
El problema llegó a su punto álgido esta semana en JSP, según un comunicado de un sindicato que representa a los conductores de autobuses públicos.
“La escasez de combustible ha sido un problema durante más de tres meses, pero la situación se agravó cuando no se entregó combustible a los depósitos”, dijo el sindicato.
JSP, que tiene una deuda de casi 10 millones de euros (10,6 millones de dólares), opera una flota de casi 380 autobuses con una edad media de 12 años.
La Asociación de Estudiantes de Skopje, que representa a más de 28.000 estudiantes, anunció planes para una protesta el viernes si no se restablece el transporte público.
El partido de la oposición Socialdemócrata describió la situación como intolerable y agregó en un comunicado: “Las calles están llenas de basura, el transporte público ha cesado y los residentes se quedan sin servicios esenciales”.