Las acusaciones de violación contra el hijo de la futura reina de Noruega han sumido a la familia real en “el mayor escándalo” de su historia, en un “annus horribilis” para la corona.
El nombre de Marius Borg Høiby, de 27 años, nacido de una relación anterior al matrimonio de su madre, Mette-Marit, con el príncipe heredero Haakon, está constantemente en la prensa desde mediados de año.
Este joven apuesto y de aire insolente, que lleva pendientes, tatuajes y esmoquin, fue detenido en Oslo el 4 de agosto, acusado de haber violado a su novia la noche anterior.
La prensa publicó una foto que muestra un cuchillo clavado en una pared y afirmó que Høiby le entregó ese día a la policía un teléfono parcialmente destruido sin tarjeta SIM.
En una declaración pública por escrito, admitió haber ejercido violencia durante el altercado con su novia, asegurando que padece “trastornos psicológicos” y que lleva mucho tiempo luchando contra la adicción a las drogas.
Pese a ello la polémica sigue y se suceden las revelaciones sobre el hijo de la princesa, que no tiene un papel público oficial, a diferencia de su medio hermano y media hermana, nacidos después del matrimonio de su madre con el príncipe heredero.
Dos de sus exnovias dicen haber sufrido violencia de su parte y la policía lo investiga también por amenazas de muerte, incumplimiento de una prohibición de contacto y la violación de al menos dos mujeres.
Según la ley noruega, la noción de violación también incluye actos sexuales sin penetración, cometidos cuando la víctima no puede resistirse, como parece haber sido el caso.
Por esta razón Marius Høiby fue puesto en detención preventiva una semana en noviembre, algo inédito para un miembro de la familia real.
Marius Høiby, que todavía no ha sido inculpado formalmente, solo reconoce actos de violencia y degradación durante la noche del 3 al 4 de agosto, así como amenazas de muerte.
Este caso se suma a un año difícil para la familia real de Noruega. Su imagen ya se vio dañada por el nuevo matrimonio en agosto de la princesa Märtha Louise, hija mayor del rey Harald y la reina Sonja, con un autoproclamado chamán, el estadounidense Durek Verrett.
Ambos son defensores de las terapias alternativas y Märtha Louise asegura que puede comunicarse con los ángeles. Por su parte su marido vende un medallón “salvador” entre acusaciones de ser un charlatán.
Para empeorar las cosas, el rey Harald, de 87 años, tiene problemas de salud que lo obligaron a tomarse una larga baja por enfermedad a principios de año y a reducir sus actividades. En febrero, el decano de los soberanos en funciones en Europa tuvo que ser repatriado en avión tras contraer una infección durante una estancia privada en Malasia.
El gobierno incluyó en octubre en su presupuesto 20 millones de coronas (unos 2 millones de dólares) para la compra de un “sarcófago” en previsión de su muerte. Según los observadores, la monarquía noruega sobrevivirá mientras los escándalos afecten solo a personalidades “periféricas”.
La pareja real, el príncipe heredero Haakon y su esposa, siguen siendo muy populares.