En una rueda de prensa en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump anunció su intención de tejer relaciones diplomáticas con Corea del Norte y su líder, Kim Jong-un, con quien sostuvo una relación muy cordial durante su primer mandato. Trump afirmó que su buen trato con Kim fue clave para evitar un conflicto mayor, subrayando que esta amistad constituye un tremendo activo para la seguridad global. Además, destacó que la cooperación con Corea del Norte podría abrir nuevas vías de diálogo, permitiendo a Estados Unidos mediar en las tensiones regionales, especialmente en lo que respecta a la situación de seguridad en Asia.

Durante el mismo encuentro, el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, respaldó la iniciativa de Trump, aunque puntualizó que la naturaleza de la relación entre Washington y Pyongyang debe definirse de acuerdo con los intereses estadounidenses. Ishiba recordó que los encuentros previos de Trump con Kim en Vietnam y Singapur fueron muy positivos, pero enfatizó que Japón no es quien solicita una mayor cercanía con Corea del Norte. En este contexto, ambos líderes coincidieron en que la nueva estrategia diplomática podría contribuir a reducir tensiones y a fomentar la estabilidad en la región, siempre bajo el liderazgo de Estados Unidos.