La ciudad de oro sufrió en el sismo el derrumbe de viviendas, templos, hoteles y complejos de apartamentos.
El sismo de magnitud 7.7 tuvo su epicentro cerca de Mandalay, la segunda ciudad más importante de Myanmar, el lugar tiene aproximadamente 1.5 millones de habitantes y disputada por las fuerzas oficialistas y la oposición prodemocrática del Gobierno de Unidad Nacional.
Después del devastador terremoto, la cantidad de personas fallecidas suma a 2886, mientras 4600 resultaron heridas y 373 permanecen desaparecidas, de acuerdo con el informe más reciente de la junta militar.
El sismo derribó viviendas, templos, hoteles y complejos de apartamentos en Mandalay; las instalaciones médicas tienen capacidad limitada, escasez de personal y daños, además, la ineficiente infraestructura de la ciudad es un factor que obstaculiza las labores de rescate, de acuerdo con los equipos de búsqueda y ayuda humanitaria.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y Médicos Sin Fronteras (MSF) indicaron que la falta de agua potable, comida y medicina, es una amenaza contra la ciudad, donde miles de residentes duermen en tiendas de campaña o en las calles, cerca de cadáveres, con riesgo de propagación de enfermedades.
La OMS señaló que las penurias en términos de agua y saneamiento pueden convertirse en brotes de enfermedades, recordó que meses atrás varios municipios de Mandalay registraron enfermos de cólera, mencionó Fernando Thushara.
Min Aung Hlaing, el jefe militar, afirmó que el número de muertos podría ser mayor a 3 mil, sin embargo, el Servicio Geológico de Estados Unidos indicó que era muy probable que superaran los 10 mil fallecimientos, con base en la ubicación y la magnitud del terremoto.