Al menos ocho empresas fueron puestas en cuarentena en Turquía tras el hallazgo del primer caso de virus de fiebre aftosa de un serotipo antes no detectado en el país.
“Se identificó el primer caso de fiebre aftosa serotipo SAT-2. Se han tomado todas las medidas, incluido un cordón-cuarentena en 8 empresas que actualmente están infectadas. El 8 de marzo de 2023 se realizó la notificación necesaria a la Organización Mundial de Sanidad Animal”, informó este jueves el Ministerio Agropecuario y Forestal turco.
Las autoridades turcas comenzaron a revisar el ganado de diferentes lugares del país ante el surgimiento de informes de esta enfermedad en la vecina Irak. En uno de los controles se identificó por primera vez la variedad SAT-2 del virus y se procedió a aislar el agente patógeno para iniciar la producción de una vacuna. Al respecto, el ministerio aseguró que un fármaco contra ese serotipo en particular ya está listo y que ahora realiza los estudios necesarios para la vacunación de todo el ganado dentro del territorio.
El Centro Nacional de Control de Enfermedades, que ha estado monitoreando los hechos, tomó medidas para evitar la propagación de la aftosa y detuvo el tráfico de todos los animales susceptibles a la enfermedad. Hasta nuevo aviso, queda prohibido su transporte, “excepto con fines de importación, exportación y sacrificio”.
La fiebre aftosa es una enfermedad vírica aguda y altamente contagiosa que afecta a los ganados bovino, ovino, porcino y caprino. Se caracteriza por provocar fiebre y pequeñas lesiones, llamadas aftas, en la mucosa de la boca, en la piel de la ubre y en las extremidades. Afecta negativamente al comercio de estos animales y sus productos y puede provocar grandes pérdidas económicas, reflejadas en una disminución de la producción lechera, abortos en animales preñados y muerte de terneros, corderos y cabritos.
El microorganismo responsable es un picornavirus con una alta tasa de mutación en condiciones naturales, lo que complica la efectividad de las vacunas. Se propaga principalmente por vía respiratoria y oral, pero también puede ser transmitida a través de productos animales vehículos y herramientas contaminadas. Los animales de crianza intensiva son más sensibles al contagio. La mortalidad es baja en ejemplares adultos, pero alta en animales jóvenes.