Un tanto Franck Kessié en el tiempo añadido (m.92), cuando el Real Madrid buscaba con más ansía el gol, dio el triunfo en un clásico vibrante al Barcelona (2-1), que, con doce puntos de ventaja con respecto al equipo blanco a falta de doce jornadas para que finalice LaLiga Santander, dio una estacada al título que puede ser definitiva.
Fue un encuentro con muchísimas alternativas. El líder, que tuvo que remontar el gol inicial de Ronald Araujo en propia puerta, combinó momentos de buen futbol con otros en los que se enfundó el mono de trabajo para frenar las sacudidas del Real Madrid, que vio cómo el VAR le anulaba un gol de Marco Asensio por un fuera de juego milimétrico minutos antes del tanto de Kessie.
Los visitantes salieron victoriosos tras nueve primeros minutos eléctricos, intensos, vibrantes. Fútbol de quilates. Un ida y vuelta con un Barça agresivo en la presión y un Vinicius que no se escondía ante Ronald Araujo, su kriptonita en las tres últimas derrotas blancas contra su eterno rival.
Fue entonces cuando los de Xavi Hernández obtuvieron el merecido premio del empate. Lo probó primero Raphinha y, tras múltiples rechaces, el balón cayó a los pies de Sergi Roberto, que trazó una rosquita con el interior del pie derecho que acabo en la red (1-1, min.44).
Asediaba campeón de Europa la portería azulgrana. Los locales perdieron el control del balón y sacaban cómo podían el agua del bote salvavidas al que tantas veces se ha subido esta temporada.
Cuando más difícil parecía para los locales, un taconazo de Lewandowski habilitó a Balde, que centró raso al área, donde estaba Kessie, que acabó siendo el héroe del partido y, quizá, uno de los protagonistas de una Liga que cada vez tiene más color azulgrana.