El país asiático se ha convertido en un territorio que potencias mundiales han utilizado por años para mandar sus residuos.
Malasia devolverá 3.000 toneladas de basura de plástico a sus países de origen según ha anunciado este martes la ministra de Medio Ambiente, Yeo Bee Yin, siguiendo con ello la senda marcada por otros países asiáticos.
El pasado 29 de abril, Malasia devolvió cinco contenedores con plástico contaminante a España, el primer envío a un país de origen de estos residuos ilegales.
Aunque no precisaron la fecha, las autoridades adelantaron que un primer grupo de 10 contenedores con 450 toneladas de plástico contaminante serán fletados a Estados Unidos, China, Australia, Canadá, Japón, Arabia Saudí y Bangladés.
El año pasado, Malasia fue el principal destino de la basura de plástico a nivel mundial después de que China prohibiera su importación, lo que desvió el flujo de más de siete millones de toneladas de desechos.
Las fábricas de reciclaje se han multiplicado en Malasia y muchas operan sin el control adecuado, por lo que las comunidades locales han empezado a quejarse de problemas ambientales. Los plásticos que no pueden reciclarse se queman liberando agentes tóxicos a la atmósfera o acaban en vertederos locales contaminando la tierra y los acuíferos.
Yeo ha criticado que los ciudadanos de los países occidentales no son conscientes de la cantidad de basura que generan y creen que se recicla cuando en realidad se envía a otros lugares donde causa daños ambientales. Como ejemplo, ha mencionado una empresa británica que en los últimos dos años ha exportado 50.000 toneladas a Malasia.
Así, ha anunciado la próxima devolución de 60 contenedores que llegaron a Malasia de manera ilegal, «bajo falsas declaraciones y otros delitos», con 3.000 toneladas de basura de plástico. El Gobierno ya ha identificado al menos 14 países de origen, incluidos Estados Unidos, Reino Unido, Australia o Canadá. Ya ha devuelto cinco contenedores a España.
Este mes, unos 180 países han acordado modificar la Convención de Basilea sobre el comercio mundial con basura de plástico para que esté mejor regulado. Estados Unidos, el mayor exportador de este tipo de desechos, sigue sin ratificar este tratado internacional, vigente desde 1992.
«LA GUERRA MUNDIAL DE LA BASURA»
En medio de su «guerra de la basura» con Canadá, Filipinas ha encontrado en sus puertos más contenedores de residuos, procedentes de Australia y Hong Kong, lo que ha enfadado tanto al gobierno como a la sociedad civil, que se niegan a ser el vertedero del primer mundo.
El envío a Filipinas de un centenar de contenedores de basura de Canadá hace seis años -69 de los cuales está previsto que partan hoy de vuelta a su origen- ha desencadenado en el último mes un serio conflicto diplomático entre las dos naciones y ha encendido el debate sobre la exportación de residuos no reciclables a los países en desarrollo.
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, anunció la semana pasada que contrataría una empresa privada para devolver a Canadá 69 contenedores con basura que llegaron entre 2013 y 2014 en una transacción comercial que no tuvo autorización del Gobierno filipino. Si se niega a aceptarlos, ha ordenado liberarlos en aguas canadienses.
Tras más de un mes de presiones por parte del Gobierno de Duterte, el ejecutivo canadiense accedió la semana pasada a ocuparse de la repatriación de sus residuos, unas 2.450 toneladas de basura que llegaron a Filipinas en el citado bienio. Los 69 contenedores permanecen desde entonces en los puertos de Subic y Manila, desde donde está previsto que sean enviados esta noche con destino a Vancouver con escala en China, con un coste de más de 190.000 dólares asumido íntegramente por el gobierno canadiense.