Analistas advierten que las economías están tan interrelacionadas que las represalias a gran escala afectarían inevitablemente al régimen de Xi Jinping continental
China impuso este miércoles nuevas sanciones comerciales a Taiwán al prohibir la importación de cítricos, brotes de bambú congelados y dos tipos de pescado procedentes de ese territorio, así como la exportación de arena a la isla, pero ha evitado perturbar una de las relaciones tecnológicas y de fabricación más importantes del mundo, teniendo en cuenta el alto nivel de integración económica entre Beijing y Taipéi.
Las medidas fueron anunciadas en el marco de la visita de llega la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, que ha irritado profundamente al régimen chino, cuya respuesta se basa en medidas militares y económicas.
Las dos partes, que se separaron en 1949 tras una guerra civil, no tienen relaciones oficiales pero sí vínculos comerciales multimillonarios, especialmente en el flujo de chips de procesadores fabricados en Taiwán que necesitan las fábricas chinas que ensamblan los teléfonos inteligentes y otros productos electrónicos del mundo. El sector se desarrolló con velocidad mientras Beijing amenazaba durante décadas con hacer valer la reivindicación del Partido Comunista en el poder sobre la isla mediante ataques.
El año pasado, el comercio bilateral se disparó un 26% hasta los 328.300 millones de dólares. Aunque el régimen de Xi Jinping intente castigar a la que considera una provincia rebelde, la integración económica es tal que sería inevitable afectar a la población de China continental.
Por ello, era esperable que Xi tome las medidas contra la agricultura y los pequeños fabricantes del país afincados en el sur de la isla, bastión electoral de la presidenta Tsai Ing-wen, con la esperanza de afectar su imagen para los comicios de noviembre. El Consejo de Agricultura de Taiwán confirmó que el nuevo veto afectaba a empresas productoras de té, frutos secos, miel, granos de café y cacao, condimentos, dulces y vegetales, así como a las capturas de unos 700 barcos pesqueros.
Si bien son sectores de menor importancia económica para China continental, el régimen también debe calcular el efecto negativo que podría tener sobre el Partido Comunista chino. Tal es así que para las medidas anunciadas este miércoles se usó como argumento el supuesto hallazgo de trazos de COVID en las importaciones.