El Gobierno de España ha convocado para este jueves una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros para tratar las medidas contra la sequía que está padeciendo el país desde el año pasado.
La situación es crítica ya para la agricultura y la ganadería, después de que el año hidrológico pasado fuera el tercero más seco desde que hay registros. Este, que comenzó el 1 de octubre, ya es el quinto año con menos agua embalsada, tan solo por detrás del periodo 1992-1995.
Así, la falta de lluvias continúa menoscabando las reservas de los embalses españoles. Esta semana, según los datos publicados por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, los pantanos se encuentran al 48,9 % de su capacidad total, con 27.417 hectómetros cúbicos, lo que supone un descenso del 0,7 % con respecto a la semana anterior.
Desde octubre, las precipitaciones acumuladas apenas han alcanzado los 346 litros por metro cuadrado, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), un 26 % menos de lo que se esperaba, atendiendo a los datos del periodo 1991-2020.
La escasez ya ha llevado a restricciones en el uso del agua desde hace meses en Cataluña, donde alrededor de 500 municipios se encuentran afectados, así como en distintos puntos de Andalucía y otras regiones.
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, se refirió a este asunto tanto durante su comparecencia del martes en el Senado como en varias intervenciones este miércoles en el Congreso de los Diputados, durante la sesión de control al Gobierno.
En el Senado, Ribera comentó que se ha dedicado una importante parte del Plan de Recuperación a “programas públicos para impulsar el uso de autoconsumo de fotovoltaicas, reducción de los costes energéticos de los agricultores, así como la impulsión de proyectos de eficiencia y gestión de la demanda digitalizando en baja el consumo de agua”, sobre todo en relación a la sequía, “que afecta particularmente al campo”.
Este miércoles en el Congreso, en respuesta a un diputado de Vox, la ministra se ha mostrado tajante ante el escepticismo del partido ultraderechista con la crisis climática: “Deben entender que el cambio climático es real, basta ya de negacionismo, y tiene consecuencias sobre el régimen de lluvias”, ha afirmado.