En la jornada más violenta que se registró en la última semana pese a la tregua, Estados Unidos reconoció este miércoles la dificultad de encontrar una solución al conflicto en Sudán y recalcó que, aunque el proceso debe incluir a la mayor cantidad de voces posible, es complicado involucrar a la población civil mientras dure la violencia.
Sudán se encuentra sumido en una catástrofe humanitaria desde los combates iniciados el pasado 25 de abril entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), encabezados respectivamente por el general Abdelfatah al Burhan y el comandante Mohamed Hamdan Dagalo “Hemedti”.
El diálogo indirecto emprendido entre ambas partes en Yeda el pasado sábado gracias a la mediación de Arabia Saudita y Estados Unidos, y en el que también participa la ONU, tiene como principal objetivo conseguir un alto el fuego que permita el flujo de ayuda.
Un alto el fuego, según indicó Nuland, “lo suficientemente largo como para permitir la entrega constante de servicios muy necesarios”.
La representante estatal dejó claro, no obstante, que “hasta que la violencia no cese y pueda llegar ayuda no se puede restaurar un proceso en el que participen los civiles”.
La administradora auxiliar de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), Sarah Charles, admitió que la capacidad de Washington de mantener un apoyo “robusto” al país es todo un reto.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) destacó este miércoles que el conflicto armado desencadenado en Sudán puede llevar la inseguridad alimentaria aguda en el país a niveles récord, con más de 19 millones de personas afectadas, dos quintas partes de su población.
La capital sudanesa es escenario este miércoles de los enfrentamientos más violentos desde la semana pasada entre el Ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido pese a la tregua de siete días que, como las anteriores, ha sido violada desde las primeras horas de su entrada en vigor por las partes enfrentadas desde el pasado 15 de abril.
Los fuertes choques entre las dos partes militares provocaron además cortes de electricidad en algunas zonas, según las fuentes.
Actualmente, representantes del Ejército y las FAR se encuentran en Yeda (Arabia Saudita) para dialogar sobre una tregua permanente, a pesar de que no han trascendido detalles del estado de unas negociaciones en las que ninguno de los bandos está dispuesto a ceder.
Al respecto, el líder del Ejército de Sudán, Abdelfatah al Burhan, afirmó ayer que no habrá una solución al conflicto que “legitime” al grupo FAR, dirigido por su rival Mohamed Hamdan Dagalo, y que esta debería ser una “solución árabe o africana”.
El diálogo de Yeda, en el que también participa la ONU, tiene como principal objetivo conseguir un alto el fuego que permita el flujo de ayuda a los sudaneses en un país sumido en una catástrofe humanitaria.
Como consecuencia del conflicto, más de 600 personas han muerto y otras más de 5.000 han resultado heridas, mientras que los choques han provocado el desplazamiento interno de 700.000 sudaneses y la huida del país de otros más de 120.000, de acuerdo con la ONU.