Un grupo de defensa de los derechos de la comunidad LGBTQ en Beijing se convirtió en la organización china más reciente que se ve obligada a cerrar debido a la campaña de represión del régimen de Xi Jinping.
“Debido a fuerzas fuera de nuestro control, anunciamos lamentablemente que el Centro LGBT de Beijing dejó de funcionar hoy”, informó el centro el lunes por la noche en un texto publicado en la cuenta oficial del grupo en la plataforma WeChat.
El cierre representa un golpe crítico para los grupos que alguna vez pudieron hacer público su trabajo de defensa por los derechos LGBTQ+.
“No son el primer grupo, ni son los más grandes, pero debido a que el Centro LGBT de Beijing estaba en Beijing, representaba el movimiento LGBT de China”, declaró un activista chino que pidió el anonimato por temor a su seguridad.
“En nuestro centro político, económico y cultural, tener este tipo de organización era un símbolo de la presencia del movimiento LGBT”, agregó.
El Centro LGBT de Beijing había descrito su misión como algo en evolución. Comenzó como un espacio seguro para que la comunidad realizara eventos y luego se convirtió en un grupo de defensa con el objetivo de “mejorar las condiciones de vida de la comunidad sexualmente diversa”.
Asimismo, ofrecían asesoramiento de salud emocional a bajo costo y publicaban listas de profesionales de la salud amigables con la comunidad LGBTQ.
Por su parte, la ONG de derechos humanos Defensores Chinos de los Derechos Humanos (CHRD, por sus siglas en inglés) denunció nuevas presiones y hostigamientos de China contra abogados como Zhou Shifeng, que se encuentra “bajo vigilancia policial” sin la posibilidad de salir de su apartamento.
La ONG también alertó de presiones contra Li Heping, uno de los más reconocidos defensores de activistas en el país y que fue condenado en 2017 a tres años de prisión por “subversión”.
Por último, la ONG también asegura que la policía ha interrogado en los últimos días al activista Zhu Chengzhi por “hacer seguimiento” de una audiencia preliminar contra Wang Aizhong, a quien se acusa de “provocar peleas y problemas”.
Esos cargos, según CHRD, los utilizan las autoridades “como pretexto” para encarcelar a los críticos con el Gobierno, incluyendo aquellos que publican comentarios o comparten informaciones en Internet que consideran una amenaza para la estabilidad política.