Instagram, la popular red social, se encuentra en el centro de una preocupante investigación llevada a cabo por el diario The Wall Street Journal (WSJ) en colaboración con especialistas de la Universidad de Stanford y la Universidad de Massachusetts Amherst.
Un estudio reciente reveló que el algoritmo de esta plataforma no solo permite la existencia de una vasta red dedicada a la pedofilia y la compra de contenido sexual de menores, sino que también la promueve activamente.
Los sistemas de recomendación de Instagram, que forma parte de Meta, se diseñaron originalmente para conectar a personas con intereses similares en nichos específicos. Sin embargo, los análisis descubrieron que estos algoritmos también facilitan el encuentro entre pedófilos y vendedores de contenido sexual de menores.
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Instagram, con sus más de 1,300 millones de usuarios, permitía a las personas buscar etiquetas explícitas e incluso emoticonos que los conducían directamente a cuentas que anunciaban la venta de material sexual infantil y promovían encuentros con los menores.
La promoción de contenido sexual de menores viola tanto las reglas establecidas por Meta como las leyes de EU. Ante estas revelaciones, Meta reconoció las deficiencias en sus operaciones de cumplimiento y afirmó haber establecido un grupo de trabajo interno para abordar estas graves problemáticas.
La compañía declaró: “La explotación infantil es un crimen horrible” y añadió que está constantemente investigando formas de combatir activamente este comportamiento delictivo.
Meta, que cuenta con más de 3,000 millones de usuarios en sus aplicaciones, incluyendo Instagram, Facebook y WhatsApp, informó que en los últimos dos años ha eliminado 27 redes de pedófilos. Además, la plataforma ha bloqueado miles de etiquetas que sexualizan a los niños, algunas de las cuales contaban con millones de publicaciones. También ha restringido los sistemas de recomendación que promueven la búsqueda de términos asociados con el abuso sexual.
En su análisis, el Observatorio de Internet de Stanford utilizó etiquetas relacionadas con el sexo con menores y descubrió la existencia de 405 vendedores. Los investigadores de Stanford encontraron actividad similar de explotación sexual en otras redes sociales más pequeñas, pero señalaron que el problema en Instagram es particularmente grave. Los expertos escribieron en su informe publicado hoy: “La plataforma más relevante para estas redes de compradores y vendedores parece ser Instagram”.
El equipo de Stanford encontró 128 cuentas en Twitter que ofrecían vender material de abuso sexual infantil, una cifra inferior a la encontrada en Instagram, que cuenta con una base de usuarios mucho más grande que Twitter. Según el estudio, Twitter no recomendaba este tipo de cuentas en la misma medida que Instagram, y además, las eliminaba más rápidamente de su plataforma.