Los arsenales nucleares de siete países, en especial del régimen de China, crecieron el año pasado y otras potencias atómicas continuaron modernizando los suyos, en medio de un aumento de la tensión geopolítica, según un estudio divulgado el lunes.
“Nos estamos acercando, y tal vez ya alcanzamos, el final de un largo período de declive de las armas nucleares en el mundo”, indicó a AFP Dan Smith, director del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI).
El total de ojivas nucleares entre las nueve potencias atómicas (Reino Unido, China, Francia, India, Israel, Corea del Norte, Pakistán, Rusia y Estados Unidos) cayó a 12.512 al inicio de 2023, contra 12.710 al inicio de 2022, según el SIPRI.
De esos, 9.576 estaban en “arsenales militares para su posible uso”, 86 más que el año anterior.
SIPRI diferencia entre las existencias disponibles para uso de los países y el inventario total, que incluye aparatos viejos que serán desmantelados.
La mayor parte del incremento es de China, cuyo arsenal pasó de 350 a 410 ojivas.
India, Pakistán y Corea del Norte también aumentaron sus existencias y Rusia lo hizo en menor medida, mientras las restantes potencias nucleares mantuvieron el tamaño de sus arsenales.
Rusia y Estados Unidos tienen conjuntamente casi 90% de todas las armas nucleares.
Investigadores del SIPRI señalaron también que los esfuerzos diplomáticos de control de armas y desarme ha sufrido retrocesos tras la invasión rusa a Ucrania.
Por ejemplo, Estados Unidos suspendió su “diálogo bilateral de estabilidad estratégica” con Rusia tras la invasión.
Moscú anunció en febrero la suspensión de su participación en el Tratado Sobre Medidas para la Reducción y Limitación Adicionales de Armas Estratégicas Ofensivas (Nuevo START).
SIPRI señaló en un comunicado que ese era “el último tratado restante de control de armas nucleares que limita las fuerzas nucleares estratégicas de Rusia y Estados Unidos”.
China también invirtió fuertemente en todas las ramas de sus fuerzas armadas al crecer su economía e influencia.
En mayo, los mandatarios del G7 de potencias occidentales, que se reunieron en la ciudad japonesa de Hiroshima, advirtieron el rápido crecimiento del arsenal nuclear de China es una “preocupación para la estabilidad mundial y regional”.
Desde que llegó al poder en enero de 2021, el presidente estadounidense, Joe Biden, ha adoptado una postura firme hacia China, país al que ve como el gran competidor de Estados Unidos en la escena mundial, pero con el que ha dejado claro que no quiere un conflicto abierto.
En línea con esto, Biden ha anunciado medidas para restringir el intercambio de tecnología con China, como las restricciones anunciadas en octubre de 2022 para limitar la capacidad de Beijing de producir microchips avanzados, cruciales en campos como la inteligencia artificial.