Estados Unidos difundió su Índice de Tráfico de Personas 2023 y mantuvo a Cuba, Nicaragua y Venezuela en su “lista negra” ya que considera que no hacen lo suficiente por hacer frente y solucionar este problema.
Las dictaduras de Miguel Díaz-Canel, Daniel Ortega y Nicolás Maduro son las únicas de la región latinoamericana comprendidas en el reporte, que este año incluye a 24 países de todo el mundo.
En el caso de La Habana, Washington sostuvo que no cumple con los estándares mínimos de lucha contra la trata y que las misiones de médicos cubanos en el extranjero son un caso indiscutible de trabajo forzado. No obstante, reconoció los avances de la isla en la materia, que “dio algunos pasos para abordar” el tema, como con la reforma del Código Penal.
En cuanto a Caracas, la Casa Blanca afirmó que “no está haciendo ningún esfuerzo” contra este problema e, incluso, acusó al régimen de brindar apoyo a grupos armados que reclutan a niños para trabajos forzados y tráfico sexual.
La nueva edición incluye a una veintena de países más, entre ellos Rusia, Bielorrusia, China, Corea del Norte, Irán, Siria y Afganistán.
En comparación al Índice de 2022, Brunéi, Malasia y Vietnam lograron salir de la lista mientras que Argelia, Chad, Yibuti, Guinea Ecuatorial y Papúa Nueva Guinea se sumaron.
La administración de Joe Biden apuntó contra Moscú por el tráfico de ciudadanos ucranianos y por tantos otros a los que ha obligado a combatir en la guerra. Entre estas personas destaca el caso de los niños de Kiev que fueron deportados forzosamente hacia su territorio, separados de sus familias y nacionalizados rusos.
La ONG Save Ukraine, que trabaja con el Ejecutivo de Zelensky por recuperar a los menores, estimó que son al menos 10.000 los jóvenes en estas condiciones.
En tanto, sobre China, Estados Unidos denunció las prácticas de trabajo forzado y las detenciones arbitrarias contra la minoría étnica uigur en la región de Xinjiang, las cuales quedaron registradas en un informe de la ONU.
El tráfico de personas es una de las grandes preocupaciones de Estados Unidos, que estimó que unas 27 millones de personas en todo el mundo son víctimas de estas operaciones. Entre ellas, los jóvenes, las mujeres, la comunidad LGTB y las minorías étnicas y religiosas son las más afectadas.
Blinken indicó que la pandemia del coronavirus facilitó la explotación laboral debido a la interrupción de las cadenas de valor en diversas industrias y alertó sobre el uso de Internet y las redes sociales como medio para captar a las víctimas.
Por último y en un tono más positivo, el funcionario destacó el caso de Hong Kong, que habilitó una línea telefónica para la asistencia de personas inmersas en estas situaciones así como el aumento del Ejecutivo de Dinamarca del presupuesto para combatir la trata.