El número de adolescentes que sufren episodios depresivos se duplicó en la última década, según una encuesta de la Universidad de Míchigan, citada por el diario New York Post este lunes.
Cerca de la mitad de los menores encuestados se identificaron con expresiones como “no puedo hacer nada bien”, “no disfruto de la vida” y “mi vida no es útil”. En su análisis de los resultados, la psicóloga Jean Twenge afirmó que el aumento de la depresión en adolescentes está relacionado con el auge de las redes sociales y el tiempo que pasan frente a la pantalla.
La tendencia coincide con la popularización de plataformas como Snapchat y TikTok en los últimos años. “Es un cambio fundamental en la forma en que los adolescentes pasan su tiempo libre. […] Si se suma todo —más tiempo en las pantallas, menos tiempo con amigos en persona, menos tiempo durmiendo— es una muy mala receta para la salud mental”, señaló Twenge.
Sin embargo, otros expertos consideran que el problema va más allá. Ryan Sultán, especialista en salud mental pediátrica y de adultos en el Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia, explicó que las redes sociales indiscutiblemente suponen algunos riesgos, pero “es importante reconocer que [la encuesta] no se trata de un análisis científicamente riguroso”.
De acuerdo con Sultán, el verdadero problema es que las redes sociales “están perjudicando a los factores de protección que ayudan a prevenir la depresión, como fomentar relaciones estrechas, pasar tiempo al aire libre y participar en actividades físicas”.
“A pesar de los beneficios potenciales de las redes sociales para algunos grupos, el tema predominante es que el uso frecuente y prolongado de las redes sociales se asocia con un riesgo elevado de malestar psicológico, como depresión y ansiedad para niños y adolescentes”, explicó por su parte Zachary Ginder, doctor en psicología clínica del centro Pine Siskin Consulting.