El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, confirmó el domingo que la cumbre de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) del próximo mes, entre el 22 al 24 de agosto, a la que ha sido invitado Vladimir Putin, será “física” a pesar de la orden de arresto contra el ruso por la deportación ilegal de niños ucranianos y su traslado de zonas ocupadas a Rusia tras la invasión.
“La cumbre de los BRICS sigue adelante y estamos finalizando nuestras discusiones sobre el formato”, dijo a los periodistas al margen de una reunión del ANC, añadiendo que será una reunión “física”.
Lo que Ramaphosa evitó comentar es sobre su obligación de detener al jefe del Kremlin como debería ya que Sudáfrica es uno de los 123 países que firmó el Estatuto de Roma y, por lo tanto, debería ejecutar el mandato de detención contra Putin.
La Corte Penal Internacional, creada en 2002 para juzgar los peores crímenes cometidos en el mundo, emitió en marzo pasado una orden de detención contra el ruso como “presunto responsable” de la deportación ilegal de niños ucranianos y su traslado de zonas ocupadas a Rusia, lo que supone un crimen de guerra según el tratado de este tribunal conocido como Estatuto de Roma.
El Tribunal no cuenta con un cuerpo policial propio así que depende de la cooperación internacional, pero si Putin viaja o sobrevuela cualquiera de estos 123 países debería ser arrestado… Aunque a la luz de la invitación, Ramaphosa no parece tener intenciones de cumplir con esta obligación.
De hecho, el Ministerio de Relaciones Internacionales de Sudáfrica emitió semanas atrás una orden para garantizar la inmunidad diplomática de los asistentes de la cita.
“Las inmunidades y privilegios que se otorgarán a los participantes de la cumbre de los BRICS son las previstas en la Convención de 1946 sobre Privilegios de Inmunidades de las Naciones Unidas y la Convención de 1947 sobre Privilegios e Inmunidades de los Organismos Especializados”, se justificó la ministra de Relaciones Internacionales sudafricana, Naledi Pandor.
El país africano se escuda en su polémica postura neutral sobre la invasión rusa para no cumplir con su obligación de cooperar en el arresto de Putin.
El Kremlin no se ha pronunciado aún, pero desde que lanzó su invasión, Putin sólo visitó destinos amigables como Biolerrusia, Tayikistán, Turkmenistán e Irán
De viajar, también se encontraría con aliados: el chino Xi Jinping es su principal socio y el brasileño Lula da Silva también cultiva la polémica “neutralidad” en el conflicto.