La lógica se impuso otra vez en el césped sagrado de Wimbledon y la esperanza de tener la final soñada entre Novak Djokovic y Carlos Alcaraz se mantiene más viva que nunca.
El número uno del mundo sorteó la dura prueba que se le presentó una en cuartos de final para volver a las semifinales de un Grand Slam, apenas unas semanas después de la decepción que se llevó en a Roland Garros.
Alcaraz se impuso ante su amigo de la niñez, el danés Holger Rune, a quien derrotó en tres sets por parciales de 7 (7)-6, 6-4 y 6-4.
El español aguantó la presión de Rune, en un primer set donde justamente el danés tuvo la única oportunidad de quiebre. Ya con la ventaja en el marcador, se mostró más suelto y al resto completó la obra.
Otra semifinal para el ganador de un título de Grand Slam. Carlos llegaba con muchas dudas a la gira sobre hierba y ya acumula 10 triunfos en fila, todavía imbatible este año sobre dicha superficie.
El historial entre ambos talentos de la NextGen rompió su paridad y está ahora 2-1 a favor del líder de la ATP.
En la siguiente ronda se verá las caras con un viejo conocido: Daniil Medvedev.
El ruso, actual número tres del mundo, tuvo que emplearse a fondo para detener a la gran revelación del torneo en una extensión de la Guerra Fría trasladada a una pista de tenis.
El estadounidense Christopher Eubanks completó un partido casi perfecto, pero ni eso le valió para derrumbar la pared que significa Medvedev desde el fondo de la pista. Daniil se impuso en cinco sets por 6-4, 1-6, 4-6, 7 (7)-6 y 6-1.
A diferencia de lo que se preveía, fue el ruso quien registró más aces 28 por 17 del estadounidense. Medvedev también estará disputando su primera semifinal en Wimbledon, y busca llegar a su quinto juego por el título en un Grand Slam.
El enfrentamiento ante Alcaraz se dará unos meses después de su dolorosa derrota en la final de Indian Wells, donde el español le pasó por encima para igualar el historial entre ambos.