La ONU “suspendió” las operaciones humanitarias en Níger tras el golpe de Estado en el país que vive una situación humanitaria “compleja”, según anunció este jueves el portavoz de la organización, Stéphane Dujarric. Horas antes, el secretario general António Guterres condenó el golpe perpetrado por la guardia presidencial.
La Oficina de Asuntos Humanitarios (OCHA) “nos indica que, por el momento, las operaciones humanitarias han sido suspendidas debido a la situación”, dijo Dujarric a la prensa.
Según OCHA, el número de personas con necesidad de asistencia en Níger pasó de 1,9 millones en 2017 a 4,3 millones en 2023.
OCHA precisó que a pesar de una temporada agrícola relativamente exitosa en 2022 y los enormes esfuerzos del gobierno y de sus socios para responder a la crisis humanitaria, 2,5 millones de personas son víctimas de inseguridad alimentaria grave.
Guterres, en tanto, emitió la pasada noche un comunicado en el que “condena con firmeza el cambio anticonstitucional” en Níger, al conocerse que el golpe de estado ya había triunfado al contar con el apoyo de gran parte del ejército.
Guterres dijo sentirse turbado por la detención del presidente depuesto Mohamed Bazoum, en manos de los golpistas desde hace 24 horas, además de “preocupado por su seguridad”, y exigió su liberación “inmediata y sin condiciones previas”.
El diplomático portugués pidió, además, “a todas las partes abstenerse de toda violencia y respetar el estado de derecho”, y poner fin a cualquier acto de violencia que socave los principios democráticos en Níger.
La condena de Guterres se suma a las de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), pero corre el riesgo de quedarse en mera retórica ante la celeridad de los acontecimientos en el país africano: la Comandancia militar de las Fuerzas Armadas Nigerinas, que reúne a todos los cuerpos militares, ya mostró su adhesión al golpe para -según dijo- evitar “un baño de sangre”.
El jefe del Estado Mayor de las fuerzas armadas apoyó a los militares golpistas que mantienen detenido a Bazoum, en Niamey, donde la junta acusó a Francia de haber violado su decisión de cerrar las fronteras.
Los golpistas también anunciaron “la suspensión hasta nueva orden de las actividades de los partidos políticos”.
Los socios de Níger condenaron el golpe de Estado pero el vecino Burkina Faso, dirigido por un régimen fruto de dos golpes de Estado en 2022, afirmó que desea una “cooperación más estrecha”.