Como su fuese una ironía del destino, Ennio Mangiola, presidente de la Asociación Gremial de Armerías está detenido en prisión preventiva y acusado de tráfico de armas, a pesar de que en cientos de archivos y registros periodísticos Mangiola advertía sobre el aumento en el tráfico y solicitaba penas mayores para quienes armaran a delincuentes.
Héctor Barros, jefe de la Fiscalía Metropolitana Sur, explicó que Mangiola recibía de parte de una tercera persona fusiles que eran vendidos por él en el mercado informal.
En la acusación dan cuenta que se utilizó un agente encubierto, uno de los tres imputados, Gustavo Vera, ofrecía y comercializaba armas de fuego en la vía pública en la comuna de La Pintana en Santiago; era a el quien Mangiola proveía de estas armas en su local del centro de la capital chilena, aparte de vender armas autorizadas, vendía otra clase de armas.
El tercer imputado: Sergio Bezanilla, este individuo fabricaba las armas a partir de diversas piezas, las que eran vendidas por Mangiola.
Un allanamiento a la casa de Gustavo Vera permitió que en su domicilio se encontrara un fusil Juggernaut modelo JT-15 con un cargador calibre 5.56. El arma no tenía número de serie.
El fiscal Francisco Carrasco dijo en la audiencia de formalización de cargos que cuando entraron los policías a su hogar, Vera trató de esconder el fusil en el techo de su casa.
También hallaron 400 cartuchos Magtech calibre .40, 300 cartuchos marca Águila de 9 mm. 100 cartuchos calibre .380, 50 más de .357 y otras municiones más. El acusado dijo que ese fusil se lo había entregado Enniio Mangiola, a cuya tienda, la reconocida Armería Mangiola, posteriormente concurrió la PDI.
En la audiencia de formalización de cargos por el delito de tráfico ilícito de armas prohibidas se leyeron las declaraciones de los tres acusados.
Mangiola confesó que hace dos semanas, Bezanilla le ofreció dos fusiles, pidiendole 8.300 dólares por ambos. Contó que luego de recibir los fusiles, se comunicó con Vera y le entregó el arma que luego le incautaron en su casa, el que estaba tratando de esconder en el techo.
Bezanilla, en cambio, dijo que era coleccionista de armas y que Mangiola se había comunicado con él “para solicitarme dos fusiles, uno de ellos marca Juggernaut, por un monto de 8.300 dólares. Lo acepté de manera inmediata”.
Gustavo Vera, dijo que Mangiola le hizo entrega de un arma y municiones para vendierlas a personas desconocidas. Venía realizando esta labor hace tiempo, Mangiola pasandole armamentos y coordinando por WhatsApp el día y la hora para buscarlas en la armería.