Las llegadas de turistas internacionales a China se desplomaron pese al fin de las restricciones por el coronavirus hace seis meses, una señal de desacoplamiento entre Beijing y Occidente que podría tener repercusiones negativas durante mucho tiempo, según expertos en turismo internacionales y chinos.
El fenómeno incluso empieza a preocupar a las autoridades chinas. “El número de visitantes procedentes de Europa, América, Japón y Corea está disminuyendo sustancialmente”, declaró Xiao Qianhui, director de la semioficial Asociación China de Turismo, en un discurso pronunciado en mayo.
Las cifras confirman las afirmaciones del funcionario chino. Durante el primer trimestre de este año, apenas 52.000 personas llegaron a China continental desde el extranjero en viajes organizados por agencias, en comparación con los 3,7 millones del primer trimestre de 2019, según cifras citadas por el diario Wall Street Journal.
Como en años anteriores, casi la mitad de los visitantes procedían de la isla autogobernada de Taiwán y de los territorios chinos de Hong Kong y Macao, en lugar de lugares más lejanos como Estados Unidos o Europa.
La caída es especialmente notoria en ciudades como Beijing y Shanghai, donde el número de turistas extranjeros en el primer semestre del año ascendió a menos de una cuarta parte de las cifras comparables de 2019, antes de la pandemia de Covid.
La escasez de vuelos a China es en parte responsable de las bajas cifras de llegadas, ya que las compañías aéreas aún no han restablecido el mismo nivel de servicio que ofrecían antes de la pandemia.
Pero los expertos en turismo chinos y extranjeros dijeron que los visitantes extranjeros también se mantienen alejados debido al deterioro de las relaciones entre China y Occidente, que les ha hecho ser más recelosos a la hora de visitar el país.
Menos turistas y hombres de negocios extranjeros significa menos oportunidades para que los extranjeros vean China con sus propios ojos e interactúen con la población local, un factor importante para reducir las tensiones geopolíticas, según los expertos. En otras palabras, la falta de turistas extranjeros representa una oportunidad perdida para que China se muestre bajo una luz más positiva a los extranjeros.
En junio, el gobierno de Estados Unidos emitió un aviso de viaje en el que advertía a los estadounidenses que reconsideraran sus viajes a China continental debido a lo que denominaba “la aplicación arbitraria de las leyes locales”, incluidas las prohibiciones de salida y la posibilidad de detenciones ilegales.
Para revertir la situación, funcionarios chinos se han reunido recientemente con asociaciones empresariales de Estados Unidos, Europa y Japón para asegurarles que el país sigue acogiendo con agrado la inversión extranjera.
El embajador chino en Estados Unidos, Xie Feng, declaró en el Foro de Seguridad de Aspen celebrado en julio que los turistas de ambos países deberían visitarse mutuamente. Sugirió organizar un foro de turismo y aumentar el número de vuelos, y pidió a Washington que ajustara sus recomendaciones de viaje.