La orden de la Corte Penal Internacional (CPI) de detener al presidente ruso, Vladímir Putin, y a la comisionada presidencial para los Derechos del Niño en Rusia, María Lvova-Belova, es “un guion barato realizado con dinero británico”, expresó este jueves la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores la nación euroasiática, María Zajárova.
“Excepto que ahora la propia CPI está en una búsqueda criminal”, indicó Zajárova en su cuenta de Telegram, refiriéndose a “la cadena de acontecimientos” que condujeron a esa “decisión politizada y jurídicamente nula”.
Según la vocera, desde la sustitución del juez de la CPI Antoine Kesia-Mbe Mindua por el “dispuesto a servir a Occidente” Sergio Gerardo Ugalde Godinez, en febrero de este año, el organismo se inclinó a favor del Reino Unido. “Pero lo que se necesitaba era un factor personal, el control absoluto de las decisiones de la CPI por parte de los británicos”, señaló, agregando que fue el momento en el que Londes decidió liberar anticipadamente al hermano del fiscal Karim Khan, encarcelado en el Reino Unido por pederastia.
Zajárova recordó que, inmediatamente después de esa liberación, Khan solicitó la detención de Putin. Sin embargo, el organismo seguía tardando en tomar la decisión, y entonces Londres organizó una reunión de donantes para la CPI el 20 de marzo, insinuando a la corte “que se necesitan resultados” cuanto antes si La Haya quería “ver contribuciones británicas”, indicó.
“Los jueces se compran fácilmente”, subrayó la portavoz de la Cancillería rusa, agregando que ya el 17 de marzo, en vísperas de la conferencia, se emitió la orden de detención contra Putin y Lvova-Belova.