El Gobierno de Uruguay puso fin este miércoles a la emergencia hídrica decretada el pasado 19 de junio, que amenazó la cantidad y la calidad del agua en el país.
Tras las intensas lluvias de la última semana, el presidente Luis Lacalle Pou aseguró que las reservas de agua dulce que abastecen al país están llenándose y recuperando sus niveles habituales.
Desde la Presidencia, dieron a conocer un nuevo Informe de Situación de la Emergencia Hídrica en el que se señala, por ejemplo, que la represa de Paso Severino ya se encuentra en los 36.609.653 metros cúbicos de su capacidad total de 67.000.000.
También se mencionó que los niveles de cloruro y de sodio disminuyeron y ya se encuentran dentro de los parámetros recomendados y en línea con los valores máximos permitidos por el Ministerio de Salud Pública en las tres líneas de bombeo.
De momento las cifras oscilan entre los 16 y los 17 miligramos de cloruro y los 29 y 31 miligramos de sodio por litro de agua -dependiendo de cada línea- mientras que, durante la emergencia hídrica, los valores máximos permitidos alcanzaban los 720 y los 440 miligramos respectivamente.
Para hacer frente a esta crisis, que se prolongó durante poco más de dos meses y afectó principalmente a los departamentos de Montevideo y Canelones, el Ejecutivo uruguayo implementó una serie de medidas de asistencia que llegaron a más de 500.000 personas.
Entre ellas destacaron la entrega de partidas de dinero a grupos de los sectores vulnerables para la compra de agua y la exoneración impositiva para este producto embotellado.
Gracias a ello, un bidón de 6.25 litros pasó de costar 129 pesos uruguayos (USD 3.27) a 89 pesos uruguayos (USD 2.25).
A la par, el Gobierno anunció la creación del Fondo de Emergencia Hídrica y la construcción y finalización de una obra – por 20 millones de dólares- que permite llevar agua desde el río San José hasta la planta potabilizadora de Aguas Corrientes. Esta sede es la encargada de abastecer a cerca de 1.700.000 de las 3.500.000 de personas en el país.
Si bien Lacalle Pou evitó dar cifras exactas y, en su lugar dijo que la cartera de Economía y Finanzas difundirá los balances finales, el gasto por parte del Estado en este período de emergencia se estimó en unos 70 millones de dólares.
En medio de la peor sequía de su historia, Uruguay, que tiene dos grandes fuentes de agua potable -el embalse de Canelón Grande y Paso Severino- agotó prácticamente todas sus reservas de agua potable, quedando disponible solo el 1,8 por ciento.
Inclusive, expertos llegaron a estimar que el país podría quedarse sin reservas en dos semanas, lo que impulsó el paquete de medidas urgentes.