El Gobierno de Islandia anunció este jueves que volverá a permitir a partir del día de mañana la caza de ballenas, una práctica que había suspendido el pasado mes de junio temporalmente.
El inicio de la temporada de caza había sido aplazado debido a un informe crítico sobre la compatibilidad de esta práctica con las leyes de bienestar animal, lo que ha desencadenado un acalorado debate sobre el tema en el país, uno de los pocos en los que todavía se captura comercialmente a este cetáceo.
El Ministerio de Alimentación y Pesca avanzó hoy que tras haber analizado los resultados de un grupo de trabajo creado a este efecto, ha llegado a la conclusión de que los métodos de caza se pueden mejorar desde el punto de vista del bienestar animal.
Por ello, emitirá una nueva regulación con “requisitos más detallados y estrictos para el equipamiento de caza y los métodos de caza, así como una mayor supervisión”, que estará en vigor hasta finales de año.
La primera ministra finlandesa, la verde Katrín Jakobsdóttir, declaró hoy en una entrevista que es importante volver a evaluar la situación una vez que termine la temporada y reiteró que ella misma, al igual que su partido, está en contra de la caza de ballenas.
Islandia, Noruega y Japón son los únicos países que practican la caza comercial de ballenas. El rorcual común o ballena de aleta, la especie que se captura en Islandia, está catalogada como en peligro de extinción.
La organización internacional para la conservación de los océanos OceanCare lamentó la decisión tomada por Islandia. Según la organización, los dos buques balleneros de Islandia ya abandonaron el miércoles el puerto para reanudar sus actividades, incluso un día antes de que la reanudación fuera anunciada por la ministra de Alimentación, Agricultura y Pesca de Islandia, Svandís Svavarsdóttir.
Este tipo de caza en Islandia se limita actualmente al rorcual común, la segunda especie de ballena más grande del planeta, solo por detrás de la ballena azul, y que puede llegar a pesar 80 toneladas, alcanzar una longitud de hasta 26 metros y vivir 90 años.
La especie es considerada vulnerable en la lista de especies amenazadas que elabora la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), aunque Islandia, de manera similar a Japón, continúa su caza bajo el argumento de hacerlo con supuestos fines de “investigación”.