El primer ministro japonés, Fumio Kishida, inició el martes una muy esperada visita a Washington que pone de relieve las preocupaciones compartidas sobre la provocadora acción militar china en el Pacífico y en un raro momento de diferencia pública entre las dos naciones sobre el plan de una empresa japonesa para comprar una empresa estadounidense icónica.
Kishida y su esposa pasaron por la Casa Blanca el martes por la noche antes de la visita oficial y la cena de estado formal del miércoles mientras el presidente Joe Biden busca celebrar un aliado de décadas que considera la piedra angular de su política en el Indo-Pacífico. Kishida será el quinto líder mundial homenajeado por Biden con una cena de estado desde que asumió el cargo en 2021.
Los dos se dieron la mano y la primera dama Jill Biden abrazó a la esposa de Kishida, Yuko. El cuarteto posó para una foto y recorrió brevemente los terrenos antes de dirigirse a un exclusivo restaurante de mariscos, BlackSalt, para cenar.
Los Biden realizaron varios obsequios al primer ministro y su esposa como una mesa de tres patas hecha a mano, una litografía enmarcada y un LP de Billy Joel autografiado, además de un balón firmado por las selecciones de Estados Unidos y Japón que la primera dama estadounidense le entrego a la esposa del ministro.
Antes de la visita a la Casa Blanca, Kishida depositó una ofrenda floral en el Cementerio Nacional de Arlington el martes, pasó por la Cámara de Comercio de Estados Unidos y se reunió con el vicepresidente y presidente de Microsoft, Brad Smith. Biden y Kishida sostendrán conversaciones el miércoles y participarán en una conferencia de prensa conjunta antes de que Biden festeje al líder japonés con una cena de estado en el East Room.
La visita se produce después de que Biden anunciara el mes pasado que se opone a la venta prevista de U.S. Steel, con sede en Pittsburgh, a Nippon Steel de Japón, exponiendo una marcada brecha en la asociación en el mismo momento en que los dos líderes pretenden reforzarla. Biden argumentó al anunciar su oposición que Estados Unidos necesita “mantener compañías siderúrgicas estadounidenses fuertes impulsadas por trabajadores siderúrgicos estadounidenses”.
Kishida, en la Cámara de Estados Unidos, dijo que las inversiones estadounidenses en Japón y viceversa harían que las economías estén más profundamente ligadas e inseparables. Smith, vicepresidente de Microsoft, anunció que la empresa de tecnología estaba invirtiendo 2.900 millones de dólares en Japón durante los próximos dos años para expandir allí sus operaciones de computación en la nube e inteligencia artificial. Microsoft trabajará con el gobierno japonés para mejorar sus capacidades de ciberseguridad.