La Fiscalía española hizo un inédito pedido en su memoria anual presentada este jueves: que se investigue a fondo el encubrimiento que ha hecho la Iglesia católica en casos de pederastia.
Por primera vez, el Ministerio Público, en su informe presentado por el Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, incluyó un apartado con sus actuaciones contra la lacra de los abusos sexuales en el ámbito eclesiástico, en el que insta a los fiscales superiores a profundizar sus investigaciones contra representantes, como obispos y cardenales, que intentaron esconder los hechos.
Entre sus recomendaciones, figura “valorar igualmente, cuando se den los elementos incriminadores necesarios, la extensión de la acusación a las posibles conductas encubridoras por parte de los representantes de las Instituciones religiosas que han podido llevarse a cabo previamente a la denuncia”.
También pide que se solicite “la inhabilitación profesional del acusado” para desempeñar cualquier labor relacionada con menores y trabajar para que se determine concretamente “la indemnización en concepto de responsabilidad civil a que tiene derecho la víctima, que ha de integrar los daños morales y las lesiones psíquicas”.
El texto denuncia que hay poca información sobre el tema y señala la necesidad de que los afectados hallen respuesta en el Ministerio Fiscal.
Según el diario El País, que cuenta con una base de datos actualizada de los casos de pederastia en el seno de la Iglesia, en los procesos penales por ese tipo de delitos no se juzgan ni se castigan a los encubridores, pese a que las víctimas se refieren a ellos en sus relatos.
En la relación del periódico español, figuran por lo menos 75 obispos y superiores acusados de “encubrir, silenciar o tapar” abusos en las últimas décadas. Ninguno se ha sentado en el banquillo para responder por ello.
A principios de junio, la Conferencia Episcopal Española admitió en su informe ‘Para dar luz’ casi un millar de casos de abusos a menores en el seno de la iglesia.
Las víctimas denunciaron a 728 agresores en el ámbito de la iglesia católica, el 99 % de los cuales eran hombres. También la gran mayoría de las víctimas, un 82,62 %, son varones, frente al 17,38 % de casos en que los abusos fueron sufridos por niñas.