El presidente estadounidense, Joe Biden, ha colocado sus fichas más valiosas en el tablero del Asia-Pacífico: su objetivo es frenar el vertiginoso auge de China y, para lograrlo, ha tejido una red de alianzas que ha dado vida a pequeñas pero influyentes coaliciones, como el nuevo Aukus y el relanzado Quad.
Biden se propone consolidar su estrategia en Asia con una visita a la India para la cumbre del G20 entre el 9 y 10 de septiembre, seguida de una segunda parada en Vietnam.
Se trata de su tercera gira por Asia desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2021: la primera fue en mayo de 2022 a Corea del Sur y Japón, socios tradicionales de EUA, mientras que la segunda ocurrió en noviembre del año pasado en Camboya para la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y en Indonesia para el G20.
Biden ha seguido la estrategia trazada por sus predecesores, pero, a diferencia de ellos, sus palabras se han convertido rápidamente en acciones con la participación activa de altos cargos de la Administración, incluido él mismo, en los foros más importantes de Asia. Además, ha fortalecido alianzas preexistes y forjado otras nuevas.
La clave de su estrategia en Asia son un tipo de coaliciones que los expertos llaman “minilaterales”, formadas por tres o cuatro países y que, por su tamaño, son más flexibles y tienen objetivos muy precisos, explica a EFE Jeffrey Hornung, del centro de estudios Rand.
Un ejemplo de esas nuevas “coaliciones” es el pacto tripartito Aukus (acrónimo en inglés de Australia, el Reino Unido y Estados Unidos), creado en septiembre de 2021 y que ya ha resultado en un proyecto para dotar a Canberra de submarinos de propulsión nuclear.
El líder estadounidense también ha logrado revitalizar el Quad, la alianza de defensa conformada por Japón, Estados Unidos, Australia e India, que fue lanzada en 2007 y se mantuvo inactiva durante años.
Asimismo, el mes pasado, Biden consiguió que Corea del Sur y Japón, viejos enemigos, firmasen un pacto de seguridad a tres bandas con EUA y se comprometieran a realizar ejercicios militares conjuntos.
Estas nuevas alianzas están enmarcadas en la competición con China. Uno de los mayores puntos de tensión es la isla de Taiwán, cuya soberanía reclama China y a la que Washington prometió defender con la firma en 1979 del Acta de Relaciones de Taiwán.
Otra área de tensión es el Mar de la China Meridional, que alberga unos 11 mil millones de barriles de petróleo y que se disputan China, Taiwán, Brunéi, Indonesia, Filipinas, Malasia y Vietnam.
Ante esos avances de Pekín en el Mar de la China Meridional, donde Estados Unidos quiere mantener el “statu quo”, Biden firmó en abril un acuerdo con Filipinas que da a las tropas estadounidenses acceso a cuatro bases en suelo filipino, una a 400 kilómetros de Taiwán.
A Vietnam le viene bien elevar su relación EUA para reafirmar su independencia frente a China, pero eso no significa que sea un aliado de Washington. De hecho, Hanói también es “socio estratégico” de China y Rusia, por lo que tiene donde elegir y cuando se trata de comercio suele optar por China.
Mientras Estados Unidos considera su próximo paso en esta área crucial, China sigue avanzando y se ha convertido en el principal socio comercial del sudeste asiático, incluyendo a aliados de Estados Unidos como Japón y Corea del Sur.