La tormenta “Daniel”, que ha dejado máximos históricos de precipitaciones, sigue azotando este jueves Grecia, donde varios pueblos han amanecido totalmente inundados y donde han fallecido ya cuatro personas por las riadas, en un fenómeno meteorológico que las autoridades califican de “inédito”.
El nivel de agua ha alcanzando los techos de las viviendas en los pueblos de Palamás y Metamorfosi, en la región de Karditsa, en Grecia central, así como en varias localidades de las contiguas regiones de Trikala y Larisa.
Según las autoridades regionales, cientos de personas se encuentran atrapadas en las terrazas de sus casas o en viviendas de dos plantas a las que acudieron para ponerse a salvo.
El alcalde de Palamás, Yorgos Sakelaríu criticó el retraso en la llegada de ayuda. Apenas este mediodía empezaron algunas operaciones de rescate con balsas del Ejército.
El número de muertos confirmados ascendió este jueves a cuatro, ya que las autoridades encontraron el cuerpo sin vida de un ganadero que fue arrastrado por una riada en la región de Ftiótide (centro).
Al menos tres personas se encuentran desaparecidas y desde el martes más de 700 personas fueron rescatadas, según los Bomberos.
Decenas de vuelos se han cancelado, por lo que más de 500 turistas pernoctaron en el aeropuerto de la isla, informa la televisión privada Skai.
El ministro de Crisis Climática y Protección Civil, Vasilis Kikilias, habló de un “inédito” fenómeno meteorológico, mientras que calificó de “enormes” los daños en las infraestructuras.
Varias presas de ríos desbordados no aguantaron la presión del agua, mientras que carreteras se han convertido en ríos y varios puentes se han derrumbado.
Los daños son inmensos también para la agricultura helena, ya que en las áreas damnificadas se encuentra el mayor campo de cultivo en el país, que se ha convertido en una gran laguna.
En la capital de Magnesia, Volos, unas 200.000 personas permanecen por tercer día consecutivo sin suministro de agua, mientras que varias zonas de esta urbe siguen sin electricidad.
Las aguas dejaron el martes en el pueblo de Zagorá, en la citada región, un récord de 754 litros por metro cuadrado en 24 horas, casi el doble del máximo anterior, registrado en 2009.
En varias zonas del centro del país se registraron precipitaciones que sobrepasaron los 400 litros por metro cuadrado en apenas 24 horas.
Según el Servicio Meteorológico Nacional las fuertes lluvias persistirán hasta esta tarde, cuando se espera que el temporal empiece a amainar. El temporal llega tras un fatídico verano, con varias olas de calor tórrido y decenas de incendios que quemaron más de 150.000 hectáreas, cerca del 1,2 % del territorio, y dejaron 25 muertos.