La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, llegaron la mañana del domingo a la isla mediterránea de Lampedusa, al sur de Italia, escenario en los últimos días una emergencia migratoria por la llegada masiva de migrantes en embarcaciones precarias.
Tras una visita de dos horas al centro de acogida de migrantes, las dirigentes ofrecieron una rueda de prensa conjunta en la que Meloni afirmó que no consideraba la visita de Von der Leyen como un acto de solidaridad hacia Italia, sino “de responsabilidad de Europa hacia sí misma”, ya que —recordó— “estas también son las fronteras de Europa”.
El pasado viernes, después de que Meloni calificara de “insoportable” la presión migratoria sobre su país y pidiera que la cuestión migratoria se incluyera en el orden del día de la cumbre de la UE de octubre, la presidenta de la CE anunció su visita a la isla.
En encuentro de las mandatarias en la isla ha coincidido con la llegada de más de 1.150 migrantes en las últimas 24 horas, un número considerable pero lejos de las más de 10.000 que arribaron en tres días a mediados de esta semana. Esa situación desbordó por completo la capacidad de acogida de la isla, cuya extensión es de 20 kilómetros cuadrados y cuenta con 6.400 residentes.
“Es una frontera de Italia, pero también de Europa. Si alguno en Europa piensa que la crisis global se puede resolver solo dejándonos a los italianos se equivoca”, dijo la líder ultraderechista flanqueada por la representante europea.
La emergencia migratoria también ha desatado el descontento de los residentes de la isla, quienes desde hace días protestan para pedir soluciones. “Lo estamos haciendo lo mejor que podemos”, afirmó la primer ministra a los manifestantes que bloquearon el paso durante la visita.
Durante la rueda de prensa que ofrecieron en el aeropuerto de la isla, Von der Leyen anunció un plan de acción europeo para contener la inmigración irregular y compartir la gestión de los traslados de migrantes llegados a las costas italianas.
El programa anunciado consta de diez compromisos, entre ellos un mecanismo de solidaridad para que otros países europeos transfieran migrantes llegados a Lampedusa fuera de Italia; una actualización de la legislación europea contra el tráfico de personas, así como nuevos corredores humanitarios legales y seguros.
También prometió aumentar la vigilancia aérea del Mediterráneo mediante agencias europeas como Frontex, y coordinar con los países de origen protocolos para repatriar en condiciones seguras a los migrantes que no reúnan las condiciones de asilo europeas.
Por su parte, Meloni considera que la solución a estos flujos migratorios no pasa por la redistribución. “La única manera de abordar seriamente el problema es detener las salidas ilegales”, sentenció.