El papa Francisco proclamó santos al español Manuel Ruiz López y otros siete frailes franciscanos, seis de ellos españoles, asesinados en Siria en 1860, durante un año de persecución y masacres contra cristianos.
Francisco usó como es habitual la formula en latín para proclamar su santidad y pedir que fuesen inscritos en los libros de los santos de la Iglesia.
Manuel Ruiz (Burgos, 1804) fue asesinado en la ciudad de Damasco en 1860, cuando los cristianos de Siria y Líbano sufrieron masacres por parte de miembros de la comunidad drusa.
En aquel momento era superior del convento de San Pablo y fue víctima de la furia de una multitud de drusos que la noche del 9 de julio de 1860 irrumpieron en el barro cristiano de Damasco. Ahí vivían unas 30.000 personas, miles de ellas fueron masacradas y algunas se refugiaron en el monasterio de Ruiz y el resto de frailes menores.
Con él decapitaron a siete franciscanos hoy también canonizados, entre ellos los españoles Carmelo Bolta, Nicanor Ascansio, Nicolás María Alberca, Pedro Nolasco Soler, Francisco Piñazo Peñalver y Juan Fernández, y el austríaco Engelbert Kolland.
Los religiosos recibieron una propuesta del gobernador otomano de la época para refugiarse en su residencia, pero la rechazaron al no querer dejar sola a la gente que buscaba protegerse en el convento.
En la ceremonia también fueron canonizados los laicos maronitas Francesco Massabki, Mooti Massabki y Raffaele Massabki. Eran tres hermanos de Damasco muy vinculados a la comunidad de los franciscanos que estaban en el convento de San Pablo junto al resto de frailes, donde murieron igualmente asesinados en la misma masacre.
También se proclamó santos al presbítero italiano Giuseppe Allamano (1851-1926), fundador del Instituto de los Misioneros de Consolata y de las Hermanas Misioneras de Consolata, a la italiana Elena Guerra (1835-1914), fundadora de la Congregación de Oblatas del Espíritu Santo -conocidas como Hermanas de Santa Zita-, y a la canadiense Marie-Léonie Paradis (1840-1912), fundadora de la Congregación de las Hermanitas de la Sagrada Familia.
Entre los asistentes a la ceremonia estuvieron autoridades como Félix Bolaños, ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes del Gobierno español.