Los líos de alcoba de los jefazos de China han llenado muchas páginas de color rosa dentro y fuera del gigante asiático. Perfiles muy altos que aspiraban incluso a gobernar el país han caído por casos de corrupción que incluían además algún escándalo sexual. Eso lo sabe bien el azote de las mafias, Bo Xilai, quien era el rival más directo del presidente Xi Jinping antes de que este fuera elegido líder supremo.
Hace una década, Bo acabó condenado a cadena perpetua salpicado por acusaciones de abuso de poder y malversación de fondos. Aunque la opinión pública lo que más recuerda son las muchas aventuras que salieron a la luz con grandes actrices y cantantes del momento.
En los círculos políticos de Pekín son habituales las conversaciones sobre las amantes que rondan a los peces gordos del Partido Comunista (PCCh), que siempre ha sido un club exclusivo de hombres casados y mayores de 55 años. En sus estatutos, el partido deja claro que sus miembros con familia no pueden “mantener relaciones sexuales inapropiadas con otras personas”.
En una sociedad todavía muy tradicional, los representantes públicos tienen que ser pulcros tanto dentro como fuera de casa. Aunque es notorio que muchos sortean esta regla, si el lío de faldas salta al ruedo mediático, la caída en desgracia es inevitable.
Le ocurrió hace poco al ex ministro de Exteriores Qin Gang, protagonista del culebrón del pasado verano. Los rumores se desataron cuando desapareció repentinamente de la escena política. En las redes sociales ya se hablaba de que, durante su etapa anterior como embajador en Washington, Qin había mantenido una relación extramarital con una presentadora de una televisión china. Pero en Pekín imperó el mutismo habitual. Hoy siguen sin dar ninguna explicación sobre la destitución del ministro.
Esta semana, los periódicos The Wall Street Journal y Financial Times, citando fuentes de ambos charcos, han desvelado más detalles sobre la relación que mantenía Qin (estaba casado y tenía un hijo), sentenciando que había sido el motivo real de la purga. La presentadora Fu Xiaotian habría tenido además el año pasado un bebé mediante gestación subrogada en EEUU.
Cuatro meses antes de desaparecer, Qin, quien era uno de los protegidos del presidente Xi Jinping, fue ascendido a consejero de Estado, puesto que todavía mantiene, aunque no se le ha visto en público desde hace más de tres meses.
El mismo día del nombramiento, Fu publicó en Weibo, el Twitter chino, una fotografía de su hijo levantando la mano, acompañada por una frase: “Un final victorioso”. Días después, cuando fue el cumpleaños de Qin, la presentadora colgó otro post en el que deseaba feliz cumpleaños al “padre anónimo”.
Los rumores en redes sobre la relación entre Qin y Fu pasaron a un segundo plano cuando, también en verano, se hizo viral una fotografía en la que salía un miembro del PCCh y alto ejecutivo de una empresa estatal paseando por Chengdu con una joven que llevaba un llamativo vestido rosa. Eran amantes.
Él, Hu Jiyong, fue inmediatamente despedido de la compañía y expulsado del partido. Ella, Dong Sijin, que era una de sus empleadas, también perdió el trabajo. Pero la noticia realmente fue que el vestido que llevaba la mujer había tenido tanto tirón que se había agotado.