Más de 10.000 personas han huido de sus hogares en partes del departamento central de Haití, dijo el miércoles la agencia de migración de las Naciones Unidas, después de una serie de ataques de pandillas en los últimos días, incluido un hospital al norte de la capital.
La policía, que carece de recursos suficientes, ha luchado con pandillas fuertemente armadas que ganaron territorio y expandieron masivamente su influencia durante el año pasado, formando poderosas alianzas, especialmente en la capital, Puerto Príncipe.
Los combates se han expandido en los últimos meses, aumentando en regiones como Artibonite y el Departamento Central.
Este martes, hombres armados atacaron el Hospital Universitario de Mirebalais, uno de los principales centros de salud del país. Días antes, presuntos pandilleros atacaron una comisaría de policía en la cercana Saut-d’Eau.
El principal proveedor de atención médica privada de Haití, Zanmi Lasante, emitió un comunicado compartido por los medios locales condenando el brutal ataque que viola el tratado moral que considera a los hospitales como lugares neutrales, dejando a los pacientes y al personal médico profundamente traumatizados.
No se informó de inmediato que hubiera personas muertas o heridas por el ataque, pero videos no verificados en las redes sociales mostraban escenas caóticas con ventanas rotas y paredes de hospitales plagadas de agujeros de bala.
La violencia ha aumentado desde la semana pasada, cuando el líder de la poderosa alianza de pandillas G9, Jimmy “Barbecue” Cherizier, dijo que derrocaría al gobierno por la fuerza y convocó una tregua más amplia para las pandillas del área metropolitana a través de una nueva alianza llamada “Living Together”.
El anuncio desató disputas internas. A última hora del martes, el líder de una banda de la alianza G9 fue asesinado por otros miembros de la alianza cerca del Hospital Fontaine de la capital, según informes de los medios locales.
La semana pasada, Cherizier expresó su apoyo a un canal a lo largo de un río que se extiende a ambos lados de la frontera con la República Dominicana. Su construcción llevó al vecino de Haití a cerrar completamente su frontera, lo que obligó a los inmigrantes haitianos a regresar a zonas de conflicto y puso en duda el acceso a la ayuda humanitaria.