El presidente ruso, Vladimir Putin, se reunirá con Xi Jinping en China esta semana en un intento por profundizar la asociación forjada entre los dos mayores competidores estratégicos de Estados Unidos.
Putin asistirá al Foro de la Franja y la Ruta en Beijing los días 17 y 18 de octubre, su primer viaje fuera de la ex Unión Soviética desde que la Corte Penal Internacional con sede en La Haya emitió una orden en su contra en marzo por la deportación de niños de Ucrania.
China y Rusia declararon una asociación “sin límites” en febrero de 2022, cuando Putin visitó Beijing pocos días antes de enviar decenas de miles de tropas a Ucrania, lo que desencadenó la guerra terrestre más mortífera en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Desde la guerra de Ucrania, Putin ha permanecido mayoritariamente dentro de la ex Unión Soviética, aunque visitó Irán el año pasado para conversar con el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei.
Rusia, que alguna vez fue el socio principal en la jerarquía comunista global, tres décadas después del colapso de la Unión Soviética en 1991, ahora se considera un socio menor de una China comunista renaciente bajo Xi, el líder más poderoso de China desde Mao Zedong.
Putin y Xi comparten una visión amplia del mundo, que ve a Occidente como decadente y en declive justo cuando China desafía la supremacía de Estados Unidos en todo, desde la computación cuántica y la biología sintética hasta el espionaje y el poder militar duro.
Pero Xi, que lidera una economía de 18 billones de dólares, debe equilibrar los estrechos vínculos personales con Putin con la realidad de lidiar con la economía de 27 billones de dólares de Estados Unidos, que sigue siendo la potencia militar más fuerte y rica del mundo.
Alexander Gabuev, director del Centro Carnegie Rusia Eurasia, dijo que la óptica de la guerra de Ucrania hacía que los grandes acuerdos públicos fueran improbables en este momento.
“Putin es definitivamente el invitado de honor”, dijo Gabuev, añadiendo que se discutirá la cooperación militar y nuclear.
Al mismo tiempo, mencionó que China no está interesada en firmar ningún acuerdo adicional, al menos en público, porque cualquier cosa que pueda presentarse como un suministro de flujo de efectivo adicional al fondo de guerra de Putin y a su maquinaria de guerra no es bueno en este momento.
A la complejidad de la cooperación militar se suma la incertidumbre sobre el destino del ministro de Defensa, Li Shangfu, quien no ha sido visto en público durante más de seis semanas.
Los jefes de los gigantes energéticos rusos Gazprom (GAZP.MM) y Rosneft (ROSN.MM), Alexei Miller e Igor Sechin, se unirán al séquito de Putin durante su visita.
Rusia quiere llegar a un acuerdo para vender más gas natural a China y planea construir el gasoducto Power of Siberia-2, que atravesaría Mongolia y tendría una capacidad anual de 50 mil millones de metros cúbicos (bcm).