Al menos una persona murió y 120 resultaron heridas tras un terremoto de magnitud 6.5, seguido por cuatro réplicas de entre 5.4 y 4.4, que golpeó este domingo el oeste de Afganistán, informó la OMS, en una zona donde más de mil personas han muerto como consecuencia de una serie de movimientos sísmicos que comenzaron la semana pasada.
Mediante un comunicado por parte de la OMS en la red social X, mencionó: “in terremoto de magnitud 6.4 golpeó de nuevo la provincia de Herat, en Afganistán, esta mañana. Hasta ahora, más de 120 heridos han sido traídos al hospital regional de Herat, y muchos otros han sido llevados a otros hospitales de la ciudad”, indicó.
La organización, cuyos equipos trabajan junto con el personal hospitalario en Herat, compartió imágenes de pacientes recibiendo tratamiento médico en el exterior del hospital. El portavoz del gobernador de la provincia de Herat, Nisar Ahmad Elyas, confirmó que al menos una persona falleció durante los terremotos de hoy.
La agencia Bhaktar, el medio oficial del Gobierno interino de los talibanes, elevó por su parte la cifra de víctimas mortales a dos y avisó de que esta cifra podría probablemente aumentar en las próximas horas.
Un primer terremoto de magnitud 6.5 se registró en la provincia de Herat hacia las ocho de la mañana hora local, a una profundidad de 6.3 kilómetros y a unos 30 kilómetros al norte de la capital, según el USGS.
Media hora más tarde, un segundo sismo de magnitud 5.4 golpeó de nuevo la provincia a unos 10 kilómetros al norte de Herat. La provincia ha registrado en total cuatro réplicas, la última de ellas de magnitud 4.4 a las 12:34 hora local.
Esta región afgana se vio sacudida el sábado de la semana pasada por varios terremotos de hasta 6,3 de magnitud, y sucesivas replicas de considerable intensidad que dejaron unas 20 aldeas destruidas.
Aunque el Gobierno interino de los talibanes calculó inicialmente más de 2.400 muertos y 2.000 heridos, el Ministerio de Gestión de Desastres rebajó esta semana el número de fallecidos a unos mil.
La débil estructura del Gobierno de facto de los talibanes y la desorganización de las agencias han complicado las tareas de rescate y distribución de ayuda humanitaria, con muchos habitantes de Herat acampados al aire libre por temor a nuevas réplicas y con un acceso limitado a fuentes de agua corriente o alimentos.