Largas líneas formadas en estaciones de servicio en toda Argentina el lunes, ya que la creciente demanda superó la oferta, convirtiéndose en un problema de campaña solo unas semanas antes de la segunda ronda de la carrera presidencial del país.
Los conductores argentinos tuvieron que afrontar el lunes el desafío de encontrar escasos suministros de gasolina para llenar sus tanques en medio de la escasez de combustible más aguda en años, que ha dejado a muchas estaciones de servicio sin suministro y largas filas en los surtidores que aún están en funcionamiento.
El país sudamericano, un importante productor de petróleo y gas de esquisto, ha sufrido escasez de gasolina y diésel desde finales de la semana pasada debido a problemas internos de refinación y a que la falta de dólares ha retrasado las importaciones.
El ministro de Economía, Sergio Massa, uno de los dos candidatos presidenciales restantes, culpó a las compañías petroleras por la falta de suministro en el país sudamericano y amenazó con prohibir sus exportaciones si la situación no se normalizaba inmediatamente. Su rival, el populista de derecha Javier Milei, culpó de la escasez a las políticas izquierdistas del actual gobierno.
Mientras tanto, las compañías petroleras del país achacaron el déficit a una serie de acontecimientos no relacionados ocurridos en los últimos días, pero intentaron evitar cualquier acaparamiento continuo o compras de pánico asegurando al público que su capacidad de producción era sólida.
Los argentinos están soportando una tasa de inflación anual de casi el 140% y la perspectiva de incertidumbre adicional y aumentos de precios como resultado de las elecciones llevó a muchos residentes a apresurarse a abastecerse de bienes antes de la primera vuelta de las elecciones.
Las petroleras dijeron en un comunicado conjunto el lunes que habían implementado un plan de acción para fortalecer el suministro pleno en la red de estaciones de servicio y restablecer los niveles de stock operativos de toda la cadena hasta regresar a la normalidad. El plan, que fue acordado con las autoridades gubernamentales, incluía un aumento de las importaciones.
Durante el fin de semana, las empresas dijeron que habían sido llevadas al límite de su capacidad, en parte debido a un aumento en la demanda debido a un fin de semana largo y una mayor actividad agrícola. También dijeron que algunas refinerías se vieron afectadas por operaciones de mantenimiento planificadas que redujeron la capacidad.
Pero el comunicado de las principales refinerías de petróleo del país, encabezadas por la estatal YPF, también dijo que la infraestructura para la producción y suministro de combustibles del país es sólida. Y el lunes dijeron que la situación está volviendo a la normalidad.
Argentina normalmente importa alrededor del 20% del combustible refinado que se utiliza en el país.