Novak Djokovic se dirige a las Finales de la ATP confiado y con un trofeo bajo el brazo. El serbio número uno del mundo enfrentará a sus rivales en el último torneo del año con una racha de 18 duelos ganados y tras haber obtenido el Masters 1000 de París.
El número 1 del mundo conforta así su liderazgo en el ranking en un torneo en el que el año pasado cayó en la final, pero que se convierte en su Masters 1.000 predilecto, en el que acumula más triunfos.
El serbio, de 36 años, que regresaba tras casi dos meses de parón, demostró que su estado de forma está intacto, a una semana de que de comienzo en Turín el Masters, que reúne a los ocho mejores del año, el torneo que cierra la temporada, en el que volverá a ser favorito para imponerse por séptima vez, la segunda consecutiva.
Djokovic se mostró muy superior al búlgaro, que a sus 32 años regresaba a una final de Masters 1.000 seis años después de la última y que, en ruta hacia la final, descabezó a dos top-10, el ruso Daniil Medvedev, tercero del ranking, y el griego Stefanos Tsitsipas, sexto, pero que en la final bajó su nivel.
Acumulando los errores, muy impreciso con sus golpes de derecha, Dimitrov apenas atacó al serbio, que dominó los intercambios con más facilidad que en los tres duelos previos, en los que cedió un set en cada uno.
En ningún momento dio la impresión de que estuviera en peligro la racha de triunfos consecutivos que ha ido apilando Djokovic, que a la espera de la cita de Turín marca ya 18.
Djokovic sumó su sexto título del año, con lo que iguala con Alcaraz como el tenista más laureado, uno más que los del ruso Daniil Medvedev, y consigue su segundo Masters 1.000 del año, tras el de Cincinatti, con o que iguala con el español y el moscovita.
Es, además, el título 97 de su palmarés, conseguido en su temporada más selectiva, en la que a sus 36 años ha decidido espaciar más sus intervenciones para ser más eficiente.
Dimitrov no tuvo la magia de los duelos anteriores, estuvo lejos del nivel mostrado en su camino hacia el último duelo. Regaló muchos puntos, 16 en todo el partido, sobre todo con su derecha, aunque se defendió bien con su elegante revés a una mano, pero no consiguió hacer temblar al número 1 del mundo, el mismo que le había derrotado en las semifinales de 2018 en este mismo torneo, su techo hasta ahora en París. Djokovic solo ha perdido una vez con Dimitrov, en el Masters 1.000 de Madrid de 2013.
Lloró el búlgaro la derrota, sabedor de que no había estado a la altura de a final, del nivel que había soñado y con el que había amagado durante esa semana que quedará como mágica en su memoria.