Cuatro de cada 10 delitos sexuales que se cometen en México son contra menores de edad, un problema que se ha potenciado por el entorno digital, denunciaron este lunes expertos que advierten de un “tsunami” social con consecuencias físicas, psicológicas y sociales que repercutirán en la adultez.
Durante una conferencia de prensa il Felipe Wood, especialista en Protección a la Niñez e Incidencia de la organización ChildFund México mencionó que el problema no algo nuevo, porque existen muchas investigaciones que muestran el daño que genera el abuso sexual.
La experta precisó que cada vez más niños están conectados a las pantallas y al internet, lo que eleva el riesgo y su vulnerabilidad a ser víctimas de algún delito sexual.
Explicó que, tan solo durante la pandemia por covid-19, el número de denuncias sobre materiales de abuso sexual encontrados en internet en México aumentaron 117 por ciento.
Según un estudio de ChildFund México entre 2022 y 2023, WhatsApp, Facebook, YouTube y TikTok son las redes sociales más usadas por niños y adolescentes en el país. Afirmó que reconoce que el l internet tiene muchas ventajas, pero también supone el acceso a la información y es un riesgo para la niñez y adolescencia que navega en el entorno digital.
Alrededor de un 25% usa redes sociales con perfiles públicos y 42% no toma ninguna medida de protección contra abusadores sexuales en línea, mientras que 60% sabe dónde o cómo reportar algún indecente, un 12% de los niños y adolescentes utilizan el internet por lo menos por cuatro horas al día, siendo el entretenimiento y la realización de tareas su principal uso.
Las principales causas que consideran padres que tienen situación de riesgo son el descuido y la negligencia así como la falta de regulación de internet.
De acuerdo con Edgar Serralde, gerente nacional de Desarrollo de Programas de Aldeas Infantiles México, una de cada tres niñas y uno de cada cinco niños en México sufren algún tipo de violencia sexual antes de cumplir 18 años, que es uno de los cuatro problemas principales para personas de 10 a 13 años, y se ubica como el segundo mayor problema para adolescentes de 14 a 17 años.
Este abuso, genera daños físicos, conductuales y sociales, entre los que destacan problemas de sueño, cambios en la alimentación, pérdida del control de esfínteres, hiperactividad, bajo rendimiento académico, hostilidad, agresividad, culpa, vergüenza, ansiedad, estrés, depresión y estrés postraumático.
Mencionó que los menores de edad que han sufrido violencia sexual tienen entre dos y cinco veces más riesgo de intentar un suicidio, comparado con quienes no han sufrido estas agresiones.
Ante este panorama, 20 asociaciones y organizaciones participarán el 15, 16 y 17 de noviembre en el Primer Congreso Internacional Soluciones contra la Violencia Sexual para un llamado urgente a encontrar nuevas formas y mejores prácticas para prevenir la violencia sexual infantil.